Para que no se sigan reproduciendo los casos como el de Marquito, quien refleja en la escuela toda la violencia que aprende en su casa y en el barrio, los centros educativos deben desarrollar programas integrales y preventivos que cultiven una cultura de paz.
El planteamiento lo hacen el presidente de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), Eduardo Hidalgo, y la coordinadora del Departamento de Psicología y Orientación de la escuela de básica República Dominicana, Isidora Pérez.
Para el gremio magisterial, hace falta un programa integral en el que el barrio y toda la comunidad educativa se empodere de la escuela. Cita factores de la violencia escolar y pone al gremio a disposición del Minerd para la implementación de un plan integral.
Hidalgo y Pérez se refirieron al reportaje publicado por este diario en la edición de ayer, en el cual se narra la historia de Marquito Peralta, el nombre ficticio de un niño real que estudia en la escuela República Dominicana, ubicada en Villa Juana, y que como él cientos de menores reflejan en el aula la violencia que aprenden en su entorno. Son niños víctimas de la violencia y del maltrato físico, sexual y sicológico en sus hogares y en el barrio.
El presidente de la ADP consideró que si la escuela no integra, asocia e involucra a las familias en el proceso formativo, de nada sirve lo que se realiza en el aula.
Es de opinión que como ocurre en otros países de la región, la comunidad tiene que empoderarse de la escuela y los centros educativos tienen que ser abiertos a los espacios sociales. “La muerte de la profesora embarazada Gioconda Milagros y las noticias que vemos son parte de la violencia que hay en nuestros barrios y la escuela no está en el cielo, se encuentra en un territorio donde se dan esos conflictos”, manifestó el profesor.
Hidalgo atribuyó los altos índices de violencia que se manifiesta en la escuela, a la desarticulación de las familias y la falta de empleo.
Planteó el involucramiento en esos programas integrales para enfrentar la violencia escolar a los medios de comunicación, las iglesias Católica y evangélica, los clubes, las juntas de vecinos, etc.
Consideró que el Estado debe de proveer la sana diversión y el esparcimiento que, asegura, no lo hay.
Medidas preventivas La sicóloga Isidora Pérez es de opinión de que a la casa hay que poner candado antes de que roben.
La profesional de la conducta usa esa frase para significar que es necesaria la implementación de programas preventivos que provoquen que los estudiantes con comportamientos inadecuados puedan ser ayudados por instituciones sociales que trabajan con niños en riesgo.
Se queja de que se acoja a menores luego de que se han involucrado en actividades ilícitas y delincuenciales.
Consideró que a esos estudiantes se le deben proporcionar espacios de orientación como medidas preventivas para el cambio de su conducta.
Asimismo, favoreció trabajar con las familias de esos estudiantes, a fin de que se orienten por la vía de la cultura de paz.
ZOOM
Programas Minerd
El Ministerio de Educación desarrolla en las escuelas los programas Escuelas de Padres, Proyectos Participativos de Aulas (PPA) y de Centros (PPC). Las escuelas de padres ayudan a la formación de los padres y tutores de los estudiantes para que puedan relacionarse mejor con los hijos, apoyar y aportar más ideas para el fortalecimiento de la escuela. En tanto, en los PPA los estudiantes son los protagonistas del aprendizaje y del desarrollo curricular, porque se articulan la escuela y la comunidad. Se convierten en un sujeto activo. Los PPA son una estrategia pedagógica de investigación-acción que responden a la necesidad de impulsar una pedagógica crítica y transformadora.