1. La crisis económica originada por derroche de gastos y endeudamientos, y sus expresiones sociopolíticas, siguen tomando giro de pesadillas interminables. El Gobierno griego intenta esclarecer responsabilidades por los platos rotos pagados por su pueblo ante derroches de predecesores que convirtieron, en complicidad con el poderío financiero internacional, la nación cuna de la democracia en víctima de la deudocracia, sembrando incertidumbre sobre el futuro europeo y su moneda.

Las  protestas sociales escenificadas en Estados Unidos bajo la consigna “ocupemos Wall Street” se expanden, instalándose campamentos en todos los Estados de la Unión resistiendo inclemencias del tiempo, y cuestionando: ¿Por qué los platos rotos de los dispendiosos gastos  financiados por banqueros e inversionistas inescrupulosos ante la vista gorda de agencias gubernamentales e internacionales tienen que ser pagados con sacrificios ciudadanos en servicios públicos, desempleo, restricciones a la seguridad social, reducción de servicios de salud, abandono a  envejecientes? ¿Por qué no los pagan gobernantes y financistas responsables, por omisión o comisión, de lo que causaron? ¿Hasta dónde es posible superar esta crisis con los mismos actores que la crearon?

2. Nuestro país no escapa a estos cuestionamientos por inscribirse en vorágine de gastos financiados con endeudamientos. Aunque los platos no han terminado de romperse, el  imprudente manejo del gasto sigue siendo hoy predicado y practicado por las opciones políticas a la vista, augurando rompimiento y afectación de nuestra estabilidad económica, social y política. Cuando gobernaron los opositores de hoy apologizaron gastos e introdujeron bonos soberanos. El oficialismo acaba de completar su binomio presidencial estigmatizado con la ostentación de prendas y accesorios y consumo mediático mediante anuncios de prestación de servicios, que no se cumplen, financiados con recursos trasegados de otras instancias gubernamentales para cultivar su personalidad.

3. Afortunadamente todavía falta mucho para el 20/05/12 como para agotar discursos y recursos invertidos con tanta intensidad que deja la sensación que las elecciones están a la vuelta de la esquina sin que la JCE cumpla sus obligaciones consignadas en la ley, de regular las campañas para beneficio de la ciudadanía y de la equidad democrática, incluido el acceso a medios y financiamiento. Si el candidato del PRD no se despoja de la concepción estatizante propia de la socialdemocracia y el del PLD precisa el tipo de gastos que continuará, corregirá o sancionará como nunca se ha hecho, los platos rotos por esa hemorragia de gastos y endeudamientos terminarán pagándose con mayores padecimientos ciudadanos.

A menos que el reformismo socialcristiano acabe de asumir plenamente su responsabilidad de ofrecer al electorado lo que consustancialmente porta y testimonia: disciplina en gasto y endeudamientos.