El complejo turístico Playa Dorada trabaja en el remozamiento de su campo de golf a fin de brindar a los amantes de este deporte mayores facilidades y comodidades.

El Playa Dorada Golf Course, seleccionado en la posición 57 entre los 100 mejores campos fuera de los Estados Unidos, es una de las opciones que ofrece el país para disfrutar de este deporte.

Este campo de golf, diseñado por el afamado arquitecto estadounidense Robert Trent Jones, posee 18 hoyos, con terreno ondulante de 650 tareas con una longitud de 6.990 yardas y par 72, con 4 opciones Tees o salidas, lo que permite a los amantes de este deporte la libertad de jugar al nivel de su preferencia o experiencia en el juego.

Juan Luis Hazim, director del Playa Dorada Golf Course, expresó que este programa de mantenimiento, así como los futuros planes de restauración del campo de golf se realizan con la finalidad de mantenerlo a la vanguardia del mercado de ofertas de este entretenido deporte; y con el propósito de satisfacer y superar las expectativas de sus usuarios, tanto de los que por tradición, año tras año lo han seleccionado como complemento a sus vacaciones, como de los jugadores locales que lo utilizan en sus prácticas regulares.

“Como campo de golf orientado al sector turístico, su diseño es apto para todo tipo de jugadores, y para que pueda ser disfrutado sin importar el nivel de experiencia, además cuenta con los mismos estándares de competencia exigidos a nivel internacional en otros campos de golf del mundo”, explicó Hazim.

El Playa Dorada Golf Course cuenta con vistas hacia la montaña Isabel de Torres, además de un hermoso entorno adornado por una vegetación adulta, resultado de sus casi 30 años de construido, donde se distinguen árboles de caoba, ceibas, uvas de playa, javillas, palmas reales, cocoteros y vistosos flamboyanes, entre otros.

Sus 18 hoyos están distribuidos entre los 15 hoteles de Playa Dorada, como un complemento de los jardines y áreas verdes.

Este campo constituye el tercero de la República Dominicana, construido en el año 1974  e  inaugurado en 1976, cuando comenzó a operar el complejo.  Su diseño y construcción se debe al famoso arquitecto estadounidense Robert Trent Jones, quien lo delineó en forma flexible y versátil.

Sus hoyos poseen una estratégica ubicación que lo convierten en un reto para el jugador. El hoyo 3, por ejemplo, está situado próximo a un árbol de Ceiba que tiene casi 150 años; el 4 par 4, que requiere una recta de salida desde un angosto pinar en ángulo derecho, siendo quizás el más difícil de los primeros nueve.  El hoyo 7 tiene bellísimas vistas del Océano Atlántico, tal cual se puede observar desde los almendros.

Asimismo, el hoyo 9 posee una gran hermosura, desde donde se puede contemplar la vista de la Loma Isabel de Torres.