Píndaro… ¡Vámonos!… ¡Nos coge la hora!”…. Así ha gritado Herminio a su alter ego, quien ha recogido su traje de baño y lleva debajo del brazo derecho un tubo comprado en un puesto de reparación de gomas de jeepetas… “Hey, Herminio –vocea Píndaro-… ¡Recuérdate de la banderita!”… Ambos inician una paseo a la playa de Sosúa, antes de que explote su turismo…
Durante una hora y media de viaje, ambos pasajeros se ponen al día… Es Herminio quien encendió la chispa del recuerdo al comentar lo que escuchó de la señora July Wellish –recopiladora de la historia de Sosúa-, y de su amigo Andrés Gustavo Pastoriza…
“A finales del Siglo XIX la compañía bananera United Fruit Company compró una gran cantidad de terreno en los alrededores de Sosúa y Cabarete. Precisamente en El Batey de Sosúa, construyeron el hotel Garden City para estadía de sus empleados…”.
“¿Y los pilotillos que hay en un lado de la playa?”-cuestiona Píndaro-… “Sosúa llegó a tener un tránsito de unos 17 buques anuales, atracando en un muelle de carga y descarga de cuyo recuerdo solo quedan algunos pilares en la misma playa… En 1916, luego de un terremoto y una plaga de parásitos, la empresa abandonó la zona y arrendó el hotel a la familia Tavares Grieser, iniciándose un proceso de remodelación de las casas y construcción de otras 3 para dedicarlas a fomentar el turismo familiar…”.
Píndaro mete la cuchareta y pregunta: “¿Y de cuándo a dónde es Sosúa importante?”… “Esta zona tiene una rica historia. En 1933 Hitler empezó a perseguir a los judíos. En 1938 Evian sirvió de cede para una reunión de 32 países, de los cuales solo nuestro país y Filipinas aceptaron recibir refugiados. De los 1,000 llegados aquí luego de 1940, solo un puñado de ellos se adaptó y dedicó esfuerzos a la formación de pujantes empresas lácteas y de embutidos. Los demás partieron a los Estados Unidos… En los 60 y 70 adquirieron nuevas tierras frente a la playa y así se desarrollaron el Reparto Tavares bajo la dirección de don Gustavo Tavares Grieser, gran emprendedor cuya experiencia fue puesta de manifiesto por años con la Tienda El Gallo y Licorería Tavares, mientras residió en su heredada Villa Pancha, en Santiago…”.
Sin darse cuenta, el autobús llega a Sosúa y Píndaro es el primero en salir y correr –tubo en mano-, a lanzarse de barriga en una azulada y rompiente ola… Mientras, Herminio sigue recordando la relación de los familiares de Andrés Gustavo a este ahora más que importante futuro destino turístico… “Arrendaron a Bienes Nacionales la porción de tierra de la antigua carretera Puerto Plata-Nagua, entre El Batey y Los Charamicos… Durante 20 años se dedicaron al paisajismo y mantenimiento en el tramo comprendido entre Los Charamicos y El Batey.
Además, fueron construidos dos pequeños restaurantes, con sus baños, para el servicio de los visitantes a la playa… En los años 80 se inició el despegue de Sosúa como destino turístico nacional e internacional, con el desarrollo del concepto de hoteles de playa…”.
Píndaro ya está disfrutando de las aguas de Sosúa y Herminio siente un gran alivio de que todavía hoy día se conserva la sinagoga, el cementerio judío y el Museo Judío de Sosúa fundado en 1990… Desde su tubo a flote, Píndaro vocifera: “Ahora que le han cedido al Estado dominicano una considerable porción de terreno para el desarrollo turístico de Sosúa, es momento de controlar la arrabalización rampante a que tienen sometida su playa!”.
¡Es momento de controlar la arrabalización rampante en Sosúa!
Unos mil judíos llegaron a Sosúa en 1940; solo algunos permanecieron
En el decenio 1980 se inició el despegue de Sosúa como destino turístico