Las playas y balnearios, representan los principales destinos de los dominicanos durante el asueto de Semana Santa, ya que en busca de olvidarse un poco de la rutina laboral, acuden a las aguas para disfrutar en familia.
Cada Semana Santa, el sur del país es el lugar preferido de muchas personas, y este año no fue la excepción, ya que desde tempranas horas las personas se dieron citas con sus trajes de baño y pelotas de aire para bañarse al aire libre.
En un recorrido que hizo el periódico HOY por playas y balnearios del sur del país, se pudo observar que ciertamente estos fueron muy concurridos por los ciudadanos.
En la playa Salinas, ubicada en Baní, provincia Peravia, el flujo de bañistas empezó a incrementarse a partir de las 10:00 de la mañana, y aunque esta playa no cuenta con la usual arena color crema en la orilla, las personas aseguraron sentirse a gusto.
«Este es un lugar perfecto para compartir con la familia, la playa está limpia y la comida no es tan cara como en otras veces que he venido. El único defecto es que hay una parte de la orilla de la playa que está más profunda que otra, entonces debió tener una indicación para que las personas que no saben nadar», dijo el ciudadano Franklin Ruiz.
Puede leer: Semana Santa 2023: Estas son las playas y balnearios clausurados
Más profundo y casi llegando a Azua, está la playa Palmar de Ocoa, donde se mostró incluso más personas y mejor ambiente que en playa Salinas, ya que esta sí cuenta con más espacio en la arena, además de casetas para que las personas puedan sentarse a comer.
Pero a pesar de ser un buen ambiente, las personas se quejaron por el alto precio de la comida, especialmente los pescados.
«Uno quiere apoyar a los negocios de la playa pero ellos no colaboran. Sale mil veces más barato uno traer su comida que comprar aquí, esa es la única queja que tengo, después todo bien», dijo la bañista Soila Ramírez.
En varios negocios de venta de comida de la playa Palmar de Ocoa, los precios van desde 600 por una tilapia o ensalada de pollo, hasta los 2,600 para una picadera de tres personas.
En tanto que en San Cristóbal, la playa Najayo fue la que más contó con bañistas. Cuando eran alrededor de las 2:00 de la tarde, habían alrededor de 200 personas en un espacio de 800 pies.
«El ambiente aquí está nítido, se siente seguro porque la playa está debidamente custodiada tanto por la Cruz Roja como por la Defensa Civil», dijo Amaury Calderón.
El recorrido terminó en la Toma de San Cristóbal, donde sorpresivamente no se notó una gran cantidad de personas en comparación con años anteriores, donde para las 3:00 de la tarde de un Viernes Santo, prácticamente no sobra espacio vacío en la piscina natural.
Sin embargo, el ambiente no dejó de ser bueno, a ritmo de músicas en las bocinas con la animación de Dj Adonis, los bañistas la pasaban de buena forma.