Plaza Pellerano Castro, rincón poco visitado

Plaza Pellerano Castro, rincón poco visitado

POR SEGUNDO ANTONIO VÁSQUEZ
La plazoleta Pellerano Castro, situada entre las calles José Gabriel García, Arzobispo Meriño, Isabel La Católica y Las Damas, fue diseñada y remodelada en el decenio de 1990 por el genial arquitecto Manuel S. Gautier, quien desarrolló tres áreas que, no obstante formar un todo, cuentan específicos cometidos.

Su principal característica es la mezcla de estilos, propios de nuestra arquitectura republicana, los cuales la convierten en un singular rincón, de aspecto muy agradable, debido a sus variados espacios curvos, donde aparecen cortos muretes, cuyos remates son asientos que detrás tienen jardineras.

Algo que resulta llamativo es que su suelo adoquinado se encuentra por debajo de la acera, y su principal acceso es por una pequeña escalinata con tres peldaños, aparte de otras laterales con más pasos que conducen al segundo nivel de un paseo también adoquinado, donde hay una serie de balcones cuyo base son asientos, los cuales en los remates de sus ángulos muestran tarros decorados con estrías y en el suelo varios redondeles con matas, frente a los cuales se perfilan varias de las primeras casas coloniales que se edificaron desde la esquina de la calle Las Damas.

En el lado izquierdo de la entrada se aprecia un espacio curvo con igual muretes de asientos que detrás tiene un jardín con matas de trinitarias y cayenas, y en el medio del camino un redondel de terreno con matas de palmas enanas y globos de farolas que de noche alumbran los árboles.

Además, del mismo lado continúa otro espacio menos ancho con muretes de poco grosor sin asientos, pero esta vez ondulados, los cuales en la parte de atrás tienen dos árboles.

En el principal camino, a breve distancia, aparecen dos redondeles, de terrenos con árboles, hasta llegar a otra escalinata que subiéndola se encuentra uno con el monumento de cuatro tarjas dedicado a Arturo Pellerano Castro (1865-1923), poeta modernista que con el seudónimo de “Byron” en su época escribió en varias de las publicaciones nacionales. En sus laterales parten cuatro sobresalientes concavidades ovaladas que encierran un terreno con matas. Detrás hay otro espacio con el movido juego de elementos curvos con otra jardinera.

Sin embargo, el lado derecho presenta otra cara debido a que tiene cuatro espacios altos ondulados en cuyo centro hay un escalón curvo de dos peldaños para subir a un asiento de granito de similares características, cuyo espaldar es un balcón que angularmente tiene la mitad de una gruesa bola adornada con molduras.

Iguales globos decorados, pero a distancia unos de otros, hay en el remate de un extenso balcón corrido que está enfrente, los cuales tienen sólidos balaustres. Este fue construido en los cimientos del otrora acantilado que antaño existía, cuando esta parte era costa del mar Caribe, en cuya orilla una máquina llamada Draga depositó tierra extraída del fondo del océano formando la avenida George Washington.

Aunque esta pintoresca plazuela se construyó para beneficio del caminante y descanso de los habitantes del vecindario cercano, al estar formada con sus rotondas cercadas de árboles y en ocasiones con varias matas en el centro para que fuera un acogedor paraíso citadino, hoy muchas personas no la visitan.

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