El pasado 29 de diciembre el síndico Roberto Salcedo llevó un equipo de trabajo a la plazoleta La Trinitaria y anunció su limpieza y recuperación, pero ayer todavía continuaba llena de desperdicios y muchas de sus estructuras seriamente afectadas.
Los faroles carecen de bombillas y como carece de vigilancia, es un lugar utilizado para dormir por muchos desamparados.
Personas que residen en los alrededores del monumento dijeron que en horas de la noche en la plazoleta frecuentemente se comenten los atracos que desde hace años tiene en zozobra a todo el que se desplaza por estos predios, debido a la falta de energía.
Ayer, redactores de HOY comprobaron que a la plazoleta que honra a los fundadores de la Sociedad Secreta La Trinitaria no se completó el operativo de limpieza que el síndico Roberto Salcedo prometió. Se recogió la basura de la explanada, se podaron los árboles, pero a la fuente sólo se le sacó parte del agua y de la basura.
En la deteriorada fuente crece la hierva. Pedazos de madera, de hierro, utensilios plásticos, botellas y fundas plásticas son algunos de los desechos que cubren la fuente de este monumento situado entre la avenida 27 de Febrero y las calles Teniente Amado García Guerrero y Yolanda Guzmán, en el sector Villa Francisca.
El agua se ha tornado verdosa y en ella hay pecesitos que desde hace años se crían allí. Además, hay gran cantidad de gusarapos, lo que revela que genera gran cantidad de mosquitos.
Salcedo inspeccionó los trabajos de limpieza que fueron iniciados el pasado lunes y anunció que cambiarían el diseño de la plazoleta, para eliminar la fuente.
La estructura de la plazoleta tiene muestras de deterioro. La tarja montada sobre el techo donde debería funcionar la oficina administrativa, perdió las letras donde se leía el Juramento Trinitario. Al lado este de la tarja se exhibe el escudo nacional.
El haitiano Federico Bertrand (Pití), quien vivía dentro del área del monumento fue desalojado por el Ayuntamiento al día siguiente de que este diario publicara un reportaje dando cuenta de la situación.
El área que durante cuatro años ocupó el haitiano fue clausurada, para impedir que otra persona la utilice como vivienda o negocio, sin embargo, en la explanada del monumento duermen algunos desamparados y niños de los llamados palomos, según residentes de la zona.
En la mañana de ayer, un hombre dormía junto a la puerta del local donde vivía el haitiano.
Julio Sánchez, quien reside próximo a la plazoleta, dijo que este monumento fue descuidado a partir del año 1986.
Expresó que a mediados de los 80 esta obra era una belleza, ya que la fuente se encontraba en perfecto estado y el espacio estaba alumbrado. «En ese tiempo yo era un niño y junto a todos los amiguitos pasaba varias horas del día jugando en esta fuente».
Sánchez y el taxista Francisco Antonio Pérez coincidieron en indicar que el Ayuntamiento sólo sacó una parte del agua sucia de que tenía la plazoleta, pero que no se hizo el trabajo de limpieza que demandaba el monumento.
Guillermo Acevedo y David Augusto de Bull pidieron que las autoridades municipales instalen las luces del monumento, para evitar los atracos que aseguran que se cometen a diario en la oscura zona.