Plazoleta La Trinitaria en deterioro

Plazoleta La Trinitaria en deterioro

La plazoleta La Trinitaria, un monumento erigido en la margen occidental del Puente Duarte, está en el abandono y la estructura en un avanzado deterioro.

Desde hace cuatro años la plazoleta fue abandonada por las autoridades del Distrito Nacional. Actualmente un haitiano se instaló en la estructura techada y en el vive y mantiene un pequeño negocio.

Federico Bertrand explicó a HOY que la plazoleta estaba abandonada y que él se instaló allí porque no tenía dónde vivir y comenzó a darle mantenimiento, pero que no percibe ningún sueldo de las autoridades.

En el exterior hay una fuente llena de aguas sucias, pestilentes y con todo tipo de desperdicios.

Bertrand explica que antes las personas no podían pasar por el lugar porque ahí se escondían muchos delincuentes, pero que ahora él ha puesto un poco de orden.

«Muchas personas que pasan por aquí me ayudan. Allá abajo viven muchas personas que trabajan y retornan de noche, entonces pasan por aquí; esto antes estaba oscuro y habían muchos atracos. Yo pongo el orden, amigo, y la gente eso me lo agradece», explicó Bertrand.

Alega que él lo que hace es limpiar un poco la plaza, pero que al no tener recursos no puede hacer más de ahí.

Periodistas de HOY conversaron con el señor Luis Reyes, quien durante 12 años fue encargado de administrar la plaza. Reyes narró que ese era un lugar muy higiénico, con un sistema de luces, donde había hasta una oficina, pero que tras la salida del doctor José Francisco Peña Gómez de la Sindicatura, en 1986, el monumento fue abandonado.

«Todos los días limpiábamos. El agua estaba limpia. Los domingos venían los niños y hasta se tiraban en el agua, porque estaba muy limpia. Había un tremendo sistema de luces, pero mire, carajo, cómo está eso ahora», dijo Reyes.

Explicó que el doctor Peña Gómez dispuso una brigada para podar los árboles, cuidar la grama y barrer el entorno, pero que ahora el Ayuntamiento del Distrito Nacional sólo recoge la basura del área verde cada 12 días.

«Cada domingo venían turistas y muchas personas se pasaban tardes enteras aquí. Mire, hasta en las noches venían personas con sus familiares. ¿Quién se atreve a pasarse aquí un rato, esto está lleno de delincuentes», expresó.

El señor Reyes clamó a las autoridades que envíen por lo menos a un vigilante para que ponga orden en la plaza.

Manifestó que el haitiano que ahora está en La Trinitaria ha tomado el lugar como un centro comercial donde guarda mercancías de comerciantes y permite la presencia de prostitutas, porque él no recibe ningún sueldo de las autoridades.

Pedro Nolasco, quien desde hace años visita la plaza, explica que los domingos ese era un lugar donde visitaban cientos de personas, pero que ahora nadie acude allí, porque ese es un nido de delincuentes.

«Deben enviar por lo menos a alguien para que cuide la plaza, y también a la Policía», dijo.

En similares condiciones se encuentra la Plaza de La Bandera. Pese a que la Secretaría de las Fuerzas Armadas decidió realizar una labor de higienización en la Plaza, el monumento donde ondea la bandera tricolor vuelve a tornarse sucio y deteriorado.

El pasado año, exactamente en el mes de diciembre el periódico HOY publicó varias reseñas sobre la situación del monumento. Desde entonces la Secretaría de las Fuerzas Armadas puso vigilancia.

Sin embargo, las grietas, el sucio, la acumulación de aguas negras y el deterioro de las losas siguen afectando esa obra.

Aunque los jardines están limpios, el interior del monumento es un criadero de alimañas y acumulación de aguas negras.

Los filtrantes, colectores, bancos están en un visible deterioro, mientras que las paredes están manchadas y el pavimento agrietado.

Las instalaciones metálicas están corroídas y de la fuente sale un terrible mal olor, debido a la acumulación de aguas negras. Las instalaciones del monumento habían recibido un reacondicionamiento general en 1999 cuando se celebraría en el país la II Cumbre de Jefes de Estado de los países de Africa, el Caribe y el Pacífico, pero al poco tiempo volvió a deteriorarse.

Según testigos, la vigilancia de los militares sólo es durante el día, pues en horas de la noche el lugar vuelve a ser guarida de los mendigos.

Cuando se inauguró la plaza, en 1974, habían alrededor de 300 bancos, pero hoy sólo quedan algunos restos.

La plaza fue inaugurada por el entonces Presidente Joaquín Balaguer y bendecida por el arzobispo Monseñor Octavio Antonio Beras. La obra, que originalmente llevó el nombre de Plaza Independencia, fue diseñada por el arquitecto Cristian Martínez.

Fue en la Plaza de la Bandera donde el Papa Juan Pablo II ofició la misa cuando visitó al país en 1979.

En 1997, el Presidente Leonel Fernández designó el monumento como Plaza de la Bandera.

Esta plaza está rodeada por las oficinas de la Secretaría de las Fuerzas Armadas, la Junta Central Electoral, el Instituto Agrario Dominicano, la Corporación de Fomento Industrial, Instituto de Estabilización de Precios y otras.

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