Plazos fatales

Plazos fatales

La organización de unas elecciones supone una cronología de pasos que deben ajustarse a plazos fatales estipulados en la Ley Electoral y en resoluciones que oportunamente emite la Junta Central Electoral (JCE).

Así las cosas, las inscripciones de personas que habrán de votar por primera vez el 16 de mayo próximo, es decir, dentro de dos meses para fines prácticos, así como todo lo que concierne al empadronamiento de votantes, cambios en su ubicación en los centros de votación y otros aspectos deben hacerse de manera puntual y hasta la fecha que estipule la programación establecida en la organización del proceso.

A dos meses de las elecciones, ningún proceso debería confrontar dificultades en cuanto a suministro de materiales gastables y recursos, así como de puesta a punto de los equipos necesarios para la continuidad del proceso.

Hasta demostración en contrario, la JCE ha estado recibiendo puntualmente los recursos consignados en el presupuesto para los preparativos de las elecciones, y por tanto, no hay razones para desabastecimiento o dificultades de suministro.

Por otra parte, no debería ocurrir que se produzcan falsas alarmas sobre situaciones comunes, como el hecho de que en un momento determinado en un centro de cedulación falten materiales debido simplemente a una transición entre la solicitud de reposición y la entrega por parte de quienes deben suplirlos, en este caso la JCE.

Recientemente, los miembros de la Junta efectuaron una especie de inventario de ejecutorias relacionadas con el proceso electoral. Esto se hizo ante diplomáticos, periodistas y grupos cívicos especializados en asuntos electorales. Hasta que alguien demuestre lo contrario, todo parece marchar de acuerdo a la cronología establecida para la organización de las elecciones.

Está pendiente una auditoría aleatoria del padrón fotográfico, que permitirá detectar casos de falta de correspondencia de la fotografía con la persona inscrita.

Esperamos que todo, incluyendo esta auditoría, se practique conforme a los plazos estipulados, para garantizar la transparencia de este proceso que nos concierne a todos.

[b]Contundente[/b]

Las manifestaciones efectuadas ayer en España para repudiar los atentados terroristas son una muestra contundente del sentimiento que sobrecoge a la humanidad.

Es una respuesta no sólo a los hechos sangrientos en cuatro estaciones ferroviarias, sino a la esencia de esta modalidad de lucha que desprecia a la humanidad.

Es también, aparte de una respuesta a quienes patrocinaron esta atrocidad, llámense como se llamen y procedan de donde procedan, y una demanda para que las autoridades en todas partes del mundo potenciales blancos de acciones similares, se preparen a enfrentar con decisión y precisión el terrorismo, que ha confirmado su disposición de desafiar la seguridad y la paz en cualquier parte del mundo, cebándose de gente inocente.

Desde los atentados del 11 de septiembre del 2001 en Estados Unidos la pregunta obligada ha sido cuál habrá de ser el próximo blanco de los fanáticos de la muerte, del desprecio hacia la humanidad.

Hay una causa común de varios países contra el terrorismo y sus desafíos. Lejos de debilitar la voluntad de combatir a este enemigo de la humanidad, los atentados de España y las contundentes manifestaciones de rechazo efectuadas en ese país deberán servir para fortalecer las defensas y la seguridad contra el terror.

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