El mito del otrora poderosísimo PLD se desvanece alrededor de la rebeldía de Leonel Fernández contra la reelección decidida por su Comité Político, secundado por su aliado preferencial, FNP. El aura secretista de logia ya forma parte del pasado al divulgarse resultados de deliberaciones internas: votaciones y oportunidad pedida por Danilo para repostularse. Sus diferencias ya se debaten públicamente. Responsabilizan a Leonel de su eventual derrota. Plantean expulsarlo siendo presidente del partido, pareciéndose al PRI. Un senador peledeísta plantea la posibilidad de desaparición.

Consecuencias de esta desmitificación son los peñones en el camino para implementar decisiones tomadas.

Partiendo de la rebeldía observada en el Congreso para implementar el mandato partidario.

De aprobarse simplemente habría que vencer dos peñones adicionales impugnables ante las “altas cortes” – si es o no ley orgánica y si necesita o no referéndum aprobatorio – cortes integradas por el Presidente Fernández para proporcionarse el “blindaje” que no le proporcionó a la economía para que fuera sostenible y distribuyera su crecimiento. Para ello cuenta con abogados litigantes aunque frecuentemente defensores de causas impopulares, absurdas y perdidas.

El cuarto peñón sería las primarias internas en el PLD, tal y como hizo en 2007, en las cuales “el Estado… venció” a Danilo.

Dada la ofuscada obstinación de Fernández por volver a la Presidencia a pesar de su creencia expresada en artículo publicado en Listín-Diario admitiendo que su liderazgo se sustentó en favores financiados con recursos del Estado, no es de extrañar que si pierde esas primarias surja un quinto peñón contra la reelección: su postulación por un bloque de partidos que considera progresista –FNP, PRSC y PRD – dividiendo al PLD, dificultando posibilidades de triunfo reeleccionista.

El sexto y último peñón lo constituiría validar la alta popularidad de Medina, hasta ahora cifrada en razones exógenas: aprensión ciudadana concitada contra Mejía y Fernández; no en endógenas, como se deriva de inconformidades ciudadanas manifestadas en encuestas sobre cómo el gobierno encara problemas.

Habiendo declinando Mejía, dando una lección de conceptualización en torno a primarias perremeístas, comprendiendo que procedía un relevo y con la hidalguía de reconocer prontamente sus resultados, lo que no ha sabido conceptualizar Fernandez; habría que medir popularidad de Medina con estos expresidentes fuera del escenario

Como aquellas preguntas de radionovelas de a mediados del siglo pasado, cuyos capítulos concluían con una pregunta para mantener el suspenso estimulador del seguimientos de los próximos, concluimos preguntando: ¿Mantendrá Danilo esa popularidad luego de excluirse del escenario electoral los expresidente Fernández y Mejía?

Esperemos el próximo capítulo recordando que todos esos peñones deberán ser removidos en el año que falta para las elecciones.