PLD ¿dominante o hegemónico?

PLD ¿dominante o hegemónico?

La victoria del PLD en las elecciones del pasado 16 de mayo ha llevado a postular que ese partido gobernará por largos años y que República Dominicana podría vivir una experiencia similar a la de México, donde el Partido Revolucionario Institucional (PRI) gobernó por 70 años.

Bernardo Vega ha presentado este argumento en dos artículos recientes publicados en el periódico Hoy el 28 de abril y el 12 de mayo. Eduardo Jorge Prats lo ha refutado en sus artículos del 7 y 14 de mayo del periódico Hoy.

Según Jorge Prats, en el país existe un sistema bipartidista o bialiancista, que obliga al gobierno a negociar con la oposición los grandes cambios.

Desde mi perspectiva, el sistema político dominicano está en transformación, y eso dificulta catalogarlo con precisión dentro de marcos comparativos, o utilizando conceptos como sistema de partidos hegemónico o bipartidista, aunque hayan elementos de ambos operando actualmente.

Ciertamente el PLD se ha convertido en partido dominante con una oposición débil encarnada por el PRD que retiene un voto duro y la capacidad de ampliarlo. Si se enfatiza la victoria del PLD a nivel senatorial y la posibilidad de que ese partido se mantenga en el poder en el 2012 y más allá, entonces se puede plantear la posibilidad de una experiencia similar a la mexicana con el PRI.

Pero también se puede argumentar que un segmento importante de los votantes dominicanos, que sobrepasa el 40%,  ha mostrado en el 2006, 2008 y 2010 favorecer la oposición. En este sentido hay una bipolaridad electoral, y podría hablarse de un bipartidismo aunque en tres elecciones consecutivas el PLD haya ganado y se vislumbre ganador en las próximas.

Pero en la comparación con el PRI hay que destacar que ese partido no sólo fue dominante, sino también hegemónico, y ahí radica la diferencia con el PLD.

El PRI utilizó la corrupción y el clientelismo para perpetuarse en el poder, y en esos aspectos el PLD se perfila similar.

Pero el PRI tenía una legitimidad política nacida de la Revolución Mexicana que no tiene el PLD, y articuló fuertes relaciones con el movimiento obrero y campesino, que tampoco tiene el PLD. Como carece de base populista, el PLD ancla su poder en el manejo estable de la macroeconomía.

Podría argumentarse que actualmente un partido puede hacerse hegemónico sin un fundamento revolucionario.

Pero en general, la evidencia histórica sugiere que la capacidad de movilización social es crucial para sostener proyectos de gobierno de largo alcance como hizo el PRI en México, o como pretende Hugo Chávez en Venezuela.

El triunfo del PLD el pasado domingo augura un triunfo de ese partido en las presidenciales de 2012, no sólo por el apoyo electoral que obtuvo, sino por la debilidad de la oposición perredeísta.

Si el presidente Leonel Fernández opta por modificar la Constitución nuevamente para establecer la reelección consecutiva indefinida, entonces el sistema político dominicano comenzará a parecerse más al balaguerismo que al priísmo mexicano. No habrá altos niveles de represión de aquella época, pero el régimen político se hará cada vez más caudillista, excluyente y autoritario.Si el presidente Fernández opta por patrocinar la alternancia de candidaturas presidenciales en el PLD, entonces el sistema político dominicano podría mantener el juego bipartidista, aunque el PLD gobierne esta década.

Actualmente, el sistema político dominicano funciona con un partido y medio: el PLD es el partido dominante porque construye mayorías electorales, y el PRD juega un papel de oposición a medias, sin capacidad de ganar elecciones, porque no se ha reestructurado para lograr esos fines.

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