La Secretaría de Educación del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) está planteando la necesidad de un diálogo sincero entre las autoridades del Ministerio de Educación, los directivos de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) con los actores representados en el Consejo Económico Y Social (CES) que permita superar la situación de impasse que se vive en los actuales momentos en el sector.
Al llamar al diálogo el órgano que aborda el tema educativo en el PLD considera urgente un cambio de actitud y de rumbo para evitar un período de retroceso y debacle del sistema educativo público que nos tomará mucho tiempo reparar.
Una nota del partido morado indica que la posición de la Secretaría de Educación del PLD se asienta en el documento titulado: La situación actual es una consecuencia, que copiamos:
LA SITUACIÓN ACTUAL ES UNA CONSECUENCIA
La actual gestión del Ministerio de Educación que inició hace año y medio, ha desarrollado una línea de acción errática, fundamentada en el clientelismo, la constante denuncia, la mezquindad y la auto vanagloria permanente que ya empieza a arrojar resultados.
Para agosto de 2020 el país con la participación de múltiples actores había elaborado un plan para el retorno gradual a las aulas de manera escalonada. Conscientes de que era el único mecanismo posible para no perder el año escolar. Las nuevas autoridades, insistieron en decir que no recibieron ningún plan de acción, para el inicio del año escolar, reestructuraron lo que se había hecho y anunciaron como un logro sin precedentes un nuevo plan en el que se iniciaría clases de manera virtual.
Cuando el grito de la sociedad se hacía demasiado fuerte, el Ministerio de Educación insistía en que el método era eficiente, que se dotaría a los niños de equipos y conectividad en tiempo récord y se culpaba a las gestiones anteriores de que no se contara con lo necesario, como si el mundo hubiese tenido forma de prepararse para una pandemia sin referencia en la historia.
Las aulas no se abrieron en todo un año y cuando las autoridades valoran ese período de tiempo, insisten en decir que fue un rotundo éxito, que se lograron los objetivos, que debemos ser referentes internacionales de buenas prácticas, que “salvaron el año escolar”. Todo lo anterior ocurre de la mano de la ADP que en ese momento era presidida por una dirigente del partido de gobierno y a la que en buena medida se intentaba proteger en cada decisión para garantizar su continuidad en el cargo. No hubo un solo anuncio, reunión o sección al respecto, sin que ADP fuera parte. Un cambio de escenario en la ADP tras la derrota del partido de gobierno provoca entonces un camino de acciones completamente diferentes por parte de las autoridades, que de repente abandonan todo vínculo, consulta y relación con el gremio y pasan a tomar sus decisiones de manera unilateral e “institucional”.
Llega entonces este momento en que el país vive uno de los picos más importantes de la pandemia. Y por supuesto que se esperaba que temas como el de la apertura o no de las clases fuera objeto de debate y discusión importante. El Gobierno Dominicano de manera unilateral ha tomado una decisión. Sin consultas, ni debates, con actores tan importantes como el que representa a los docentes. Siguiendo un camino completamente distinto al de hace apenas unos meses, cuando la presidencia de ese organismo respondía a sus intereses. Como era de esperarse el gremio docente ha reaccionado. Ha mostrado su fuerza y ha fijado su propia posición.
Es por tanto la situación en que nos encontramos una consecuencia de la tozudez, arrogancia y incapacidad de acción efectiva de las autoridades que debieron buscar soluciones dialogadas y que insisten en sus modos de acción, con publicaciones en que aseguran la apertura de clases fue todo un éxito, cuando hasta el más ingenuo de los dominicanos sabe no es cierto.
El Minerd debe asumir la iniciativa de abrir un proceso de diálogo con la ADP y con los actores representados en el Consejo Económico Y Social que permita superar esta situación. Es urgente un cambio de actitud y de rumbo. Para que estos cuatro años de gestión educativa no terminen siendo sólo un periodo de retrocesos y debacle del sistema educativo público que nos tomará mucho tiempo reparar.