PLD, PRM y demás fuerzas

PLD, PRM y demás fuerzas

El nuestro es un país especial y sin reposo político. Analistas, dirigentes y militantes de los principales partidos, tan pronto pasó el proceso electoral comenzaron a hacer planes y proyectos para las próximas elecciones, incluso a barajar posibles candidatos.
De todas maneras, la composición política para el 2020, probablemente seguirá siendo más o menos la misma de hoy sin grandes variaciones. El PLD y posibles aliados, el PRM buscando convertirse en polarizador, el PRD y el Reformista llenos de interrogantes, y los demás, dependiendo de imponderables.
De todos, probablemente el PRD sea la organización en situación más delicada. No solo por haber descendido electoralmente, sino por su incorporación al gobierno. Porque además de su trayectoria opositora conflictiva, probablemente se han creado más expectativas de cargos entre sus dirigentes y militantes que los que pueda lograr, y eso va a crear una situación difícil de manejar. Una parte estará en el gobierno, pero probablemente otra en la oposición. Y aunque no sea necesariamente oposición al gobierno, lo será frente a su propia dirigencia.
El PRM, aunque visiblemente con menos problemas, su dirigencia debe estar consciente de que, si bien alcanzaron una votación buena o aceptable para una organización nueva, ello se produjo por razones lógicas: Una de ellas, tal vez la más importante, porque lograron arrastrar gran parte del sentimiento perredeísta y oposicionalista disperso en la población, que lo venía encabezando Hipólito Mejía en su condición de expresidente de la República junto a un grupo de dirigentes importantes, quien además acababa de tener una participación en las elecciones del 2012 de un 47% de los votos; y como consecuencia de ello, se convirtieron en la única opción viable o con posibilidades frente al electorado.
Eso debe llevarlos a actuar con suma cautela. Primero, porque tienen que dedicarle tiempo a su partido para afianzarlo en cada ciudad o pueblo. Segundo, porque para lograrlo, siendo nuevos, deben diferenciarse de los otros grupos de oposición, ya que desde que nacieron andan de las manos de otros. Tercero y no menos importante, comenzar definir liderazgos y proyectarlos hacia el 2020.
Sin temor, pues si lo hacen con sentido democrático y bien dirigido, dinamizarían las estructuras partidarias y sociales. Sobre todo, luego de un proceso electoral en el que se despertaron grandes ilusiones, pero dejando tantas frustraciones. Y como consecuencia mucha gente desamparada y huérfana. Y esa situación podría llevar esas masas frustradas o desesperadas a confundirse y mirar hacia otros lados, si no encuentran rápidamente una paternidad responsable que alimente sus esperanzas.
Y en el PLD, además de la cantidad de dirigentes que han dado muestras de que aspiran a ser candidatos presidenciales, cuenta con dos líderes.
Uno que han sido presidente tres veces, y otro que está en pleno ejercicio de su segundo mandato. Por lo tanto, si alguno de los partidos tendría que esperar a que se desarrollen los acontecimientos, por el hecho de estar en el gobierno, son ellos. Porque en un tramo de 16 años de gobiernos peledeístas, tienen que ser demasiado prudentes y cuidadosos.

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