La entrega de cajas navideñas que realizaba ayer el expresidente Leonel Fernández en la casa nacional del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), tuvo que ser suspendida debido al descontrol de la multitud que acudió en busca del tradicional presente.

Héctor Olivo, encargado de comunicaciones del PLD, informó que se tomó la decisión como medida preventiva, pero dijo que cuando se produjo la ruptura del orden en las filas que obligó a la suspensión ya se habían entregado tres cuartas partes de la cantidad estimada. A los pocos minutos de que el expresidente Fernández terminara la entrega simbólica de unas 40 unidades y se marchara, la multitud que desde la madrugada esperaba por su caja rompió las filas y se abalanzó sobre uno de los camiones que la contenían.

La entrega, aunque estaba originalmente pautada para las 10:00 de la mañana se retrasó unas dos horas, a la espera de lallegada del exmandatario.

Se habían destinado a regalar en ese lugar 5,000 unidades, de 70,000 que se pretenden distribuir en todo el territorio nacional. Aunque con desencanto por no recibir la caja, la gente admitió que fue producto del desorden, y es que los 70 agentes del orden no fueron suficientes para controlar a la multitud desesperada.

La señora Matilde Rodríguez fue una de las tantas que se fue con las manos vacías. Dice que estaba ahí desde las 3:00 de la madruga. Desde tempranas horas de la mañana se intentó organizar a las filas dando prioridad a los envejecientes, discapacitados y embarazadas.

Según pasaba el tiempo y más personas llegan sin respetar el orden, los ánimos en las hileras se caldeaban, y lo que en principio eran dos líneas de personas una tras de la otra, se volvió una gran aglomeración sin orden ni concierto.

Mantenerse en las filas se convirtió en una odisea, pues la gente empezaba a empujar y pelear los unos con los otros por un pusto.

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Retraso desesperó

Ginet Martínez responsabilizó a los organizadores de la entrega del caos que se creo, y entiende que debido a la tardanza la gente se desesperó. Aunque llegó a las 6:00 de la mañana, lo único que llevó fue un golpe que le propinó un policía durante el forcejeo.

Humillante

Nelson Valenzuela, un dirigente campesino entiende que estas entregas solo sirven para humillar a la gente y es una vergüenza internacional que les vean en esa condición detrás de comida.