El Partido de la Liberación Dominicana iniciará mañana su VIII congreso ordinario “Comandante Norge Botello” en honor a quien en vida fuera un colaborador notable del profesor Juan Bosch en la titánica labor de construir el PLD que hoy hemos heredado.

Cada proceso similar a este deja sus huellas en la historia de la organización morada, en él se revisa la línea política de la institución, se escogen o ratifican sus autoridades internas, se abordan las distintas temáticas que puedan incidir en la construcción de un PLD fuerte y en condiciones de afrontar los retos políticos de un partido en una sociedad cada vez más demandante.

En reiteradas ocasiones he tenido el atrevimiento de afirmar públicamente que en el país están dadas las condiciones para que el PLD gobierne durante las dos próximas décadas y me atrevo nuevamente a asegurar que solo Dios y el mismo Partido de la Liberación Dominicana impedirían que esos vaticinios se materialicen. Es por la anterior razón que debe ser aprovechado el escenario histórico que brinda el VIII Congreso para responder satisfactoriamente a cuestiones tales como: ¿qué tipo de partido es el PLD, de centro izquierda o de corte neoliberal como algunos pretendieron colocarlo con sus acciones desde el gobierno? ¿Sigue siendo el Boschismo su base de pensamiento político? si es así, ¿Qué es el Boschismo y dónde se encuentra desarrollado ese método?

Así mismo se deben aclarar cosas como: ¿Hasta dónde personas de cuestionadas reputaciones pueden ocupar posiciones de dirección en la estructura interna del partido? ¿Será el mérito la principal puerta para entrar en el sendero del crecimiento en la organización o en cambio seguirá siendo el poder económico y los vínculos grupales? y sobre todo: ¿Para qué el PLD llega al poder?

Las respuestas a todas estas preguntas harán del PLD una institución capaz de transmitir en el mismo idioma que transmite el pueblo dominicano.