Plebiscito determinará suerte de Rafael Correa

Plebiscito determinará suerte de Rafael Correa

QUITO (AFP).- Los ecuatorianos votarán este domingo un plebiscito constituyente que determinará la suerte del mandatario Rafael Correa, quien aún con los sondeos a favor tendrá que derrotar el miedo propagado por la oposición frente a su proyecto socialista.

Correa parece ir por el segundo triunfo en las urnas en cinco meses luego de su elección en noviembre, aunque con un favoritismo en caída por la campaña opositora que utilizó la alianza del mandatario ecuatoriano con el venezolano Hugo Chávez para desprestigiar la Constituyente que redactará una nueva Carta Política.

El presidente ecuatoriano -el octavo en una década de inestabilidad- vinculó su suerte con la de la consulta, advirtiendo que de ser rechazada tendría que «irse para su casa», en un intento por volcar su popularidad del 70% sobre las votaciones del domingo, según el analista Hernán Reyes, de la Universidad Simón Bolívar.

El viernes Correa pidió a los ecuatorianos que respaldar la Constituyente de plenos poderes. «Este domingo hay la oportunidad de seguir avanzando por el cambio, así que a votar positivamente», dijo durante una visita a los afectados por la erupción de un volcán en la provincia de Tungurahua (sur).

«Depende de que ustedes también nos ayuden», agregó el gobernante tras «garantizar» que en los cuatro años de su gestión (hasta el 15 de enero de 2011) «se dejará enrumbado al país hacia el desarrollo y el bienestar de los más pobres». Previamente invitó a aprobar «sin miedo» la Asamblea -apoyada por un 63% según encuestas-, al asegurar que los plenos poderes no afectarán la propiedad privada ni los derechos fundamentales.

Su llamado confirmó parcialmente el éxito de la estrategia opositora, que propagó el miedo asegurando que Correa quiere gobernar como Chávez «eliminando la división de poderes, estatizando la economía y desmontado el sistema (monetario) dolarizado», una de los temores más sentidos entre la población.

«No quiero darle a mi hijo un régimen donde se violen las libertades como se hace en Venezuela», indicó el derechista Alfredo Serrano, uno de los 57 diputados destituidos por la autoridad electoral bajo la acusación de torpedear la consulta.

Cerca de 9,2 millones de ecuatorianos están convocados a las urnas y Correa requiere de unos tres millones de votos para aprobar su Constituyente, considerando un 30% de ausentismo y tomando en cuenta los votos blancos y nulos. Correa negó que quiera imitar a su aliado venezolano y reiteró que una nueva Constitución mantendrá el Congreso aunque recortará sus poderes, restaurará el rol del Estado en la economía «sin estatizarla» y profundizará la propiedad de los recursos naturales en un país donde operan multinacionales petroleras y mineras.

«Aquí nadie sigue la línea de Chávez; aquí seguimos la línea ecuatoriana», declaró el jefe de Estado, descartando la confiscación de bienes dentro de su plan del «socialismo del siglo XXI».

El mandatario se mostró convencido del triunfo, aunque no dejó de advertir sobre un posible fraude, escenario que fue descartado por la oposición que atribuyó aquello al «nerviosismo del gobierno» por una derrota, afirmó Carlos Larreátegui, dirigente opositor.

Asimismo, la misión electoral de la OEA aseguró que «no existen indicios» sobre irregularidades, aunque subrayó que hay un «ambiente de confrontación y desasosiego».

«En la coyuntura en que se desarrolla la consulta tiene relevancia el ambiente contencioso que vive el país como consecuencia de la destitución de 57 diputados y por las expectativas de las decisiones judiciales pendientes en esta materia», dijo la delegación.

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