PUERTO PRINCIPE, (AP).- Las calles de Puerto Príncipe, usualmente animadas, se mantenían silenciosas el miércoles mientras los habitantes recordaban con solemnidad el aniversario del peor desastre natural en la historia de Haití.

Miles de personas vestidas de blanco cantaban himnos religiosos mientras caminaban a ceremonias para rezar por las víctimas.

El blanco es el color del duelo en Haití. El presidente René Preval asistiría a una misa el miércoles mas tarde cerca de las ruinas de la catedral destruida por el terremoto.

El sismo dejó más de 230.000 muertos, según calcula el gobierno, aunque no se estableció una cifra exacta.

 Gran parte de la capital quedó destruida y los grupos humanitarios dicen que apenas se ha retirado un 5% de los escombros.