Ofertas con añagazas

Ofertas con añagazas

–Señor Custodio, perdone que le interrumpa; ahí afuera hay un hombre que desde hace media hora me está importunando; dice que tiene extrema urgencia en hablar con usted. –¿Quién es? –Se llama Partenio Rompert. –No lo conozco; ¿en qué compañía trabaja? –La tarjeta que me dio es de Fonfaco y Asociados. –¿Fonfaco? Nunca he oído hablar de esa empresa. –Está bien, Indiana, hágalo pasar. La secretaria salió del despacho de su jefe con la cara compungida. Fue derecho a su escritorio donde Rompert esperaba impaciente.

–¿Por fin, me va a recibir Custodio? –Sí señor, enseguida le haré pasar a su oficina.

–¿Usted es el dueño de este almacén? Me gusta hablar directamente con las personas que cortan el bacalao. –Bueno, soy el principal accionista; los dueños del negocio son muchos. –Así es en la empresa que encabezo; los socios son varios, pero yo estoy al frente con plenos poderes. Custodio miró al inesperado visitante: lucia un reloj de pulsera enorme; el botón de la manga de la camisa no cerraba alrededor de la muñeca; el puño entero colgaba fuera del saco; largas patillas rizadas le crecían junto a las orejas. –Mi socio está interesado en comprar la casa del antiguo contador de usted. Vengo a solicitar su ayuda para realizar la operación.

–Señor Rompert, el vehículo suyo no deja entrar el camión a descargar el bacalao. Indiana agregó: si pudiera moverlo todos estaríamos mejor. –Es que estos vehículos grandes ocupan demasiado espacio, replicó Rompert. –Volveré inmediatamente. Indiana le abrió la puerta inclinándose obsequiosamente. Regresó en pocos minutos arreglándose la corbata plateada. –Nuestra empresa, Fondos Fáciles y Asociados, puede ayudarle de muchas maneras; sabemos que usted no necesita financiamiento bancario; claro que podemos ofrecerlo a mejores tasas que la banca comercial.

–Manejamos cinco bancas de apuestas. Como debe saber, la banca populista es más cómoda y flexible que la banca ordinaria. Los viejos banqueros de chaleco ponen mil condiciones para desembolsar cualquier dinerito. Nosotros podemos proteger sus cajas de bacalao en el muelle, ahuyentar del almacén a tantos inspectores, evitar roturas en aduanas. Tenemos buenas relaciones a todos los niveles. Siendo usted amigo del párroco y de la viuda Zaphiro, podríamos iniciar una colaboración mutuamente beneficiosa.

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