La Policía Nacional carece de suficientes vehículos y personal para trasladar sus agentes para atender las demandas de la ciudadanía cuando se producen atracos, robos, riñas y escándalos, sobre todo en horas de la noche o del día.

Por falta de personal y vehículos la Policía suspendió los servicios para controlar los ruidos molestosos sobre todo a altas horas de la noche, reveló una fuente.

Ayer un oficial, quien pidió reserva de su nombre, confirmó a HOY que tienen mucha precariedad de unidades motorizadas.

En la madrugada del sábado, cuando vecinos del sector 16 de Agosto, en el kilómetro 10.5 de la carretera Sánchez solicitaron ayuda de la Policía para controlar la bulla de equipos de música a las 11:30 de la noche.

Pese a que el vecindario reclamó el auxilio en dos destacamentos del sector porque el ruido de la música no dejaba dormir al vecindario, los oficiales no actuaron argumentando que no tenían vehículo ni agentes disponibles.

A las 2:10 de la mañana luego de que los propietarios de la vivienda apartamento subieron mucho más la música, al parecer molestos porque se le quejaron, los vecinos llamaron al cuartel general de la Policía, pero tampoco hubo asistencia.

Explicó que algunos conflictos que por alteraciones del orden público suceden a diario en sectores de la capital los investigan los agentes que utilizan sus propios vehículos y en ocasiones se desplazan en unidades que recuperadas de robos.

El destacamento policial de la avenida José Contreras está en las madrugadas con poca iluminación y con solo dos agentes que se turnan en la vigilia.

Para los vecinos de algunas barriadas la poca efectividad que en sus labores tienen algunos policías, se debe a que abandonan el servicio en horas de la noche, ya que si escasos son los agentes, menos son los supervisores de su trabajo.

A Rafael Minaya, a finales de noviembre del año pasado, le robaron su motocicleta y trató de que en el destacamento de Honduras conocido como Plan Piloto lo ayudaran.

Le robaron la moto en el parque de una universidad privada que funciona en el Centro de los Héroes, Constanza, Maimón y Estero Hondo, pero en la Policía de Honduras. En el destacamento se le dijo que tenía que esperar que llegara una patrulla para tratar de ir al lugar. El joven propuso pagarle un taxi a la patrulla para que lo acompañaran, pero, se le informó que tampoco estaban los agentes.

El se produjo alrededor de las 6:30 de la tarde y a las 9:00 de la noche el cuartel no tenía agentes para el patrullaje. Medía hora más tarde, una tía del joven lo acompañó al destacamento y se diligenció que dos policía que llegaron en su carro privado recorrieran el entorno donde el propietario de la motocicleta había ubicado al sospechoso del hurto.

Para sorpresa de quienes fueron a la Policía, el coronel del Plan Piloto, edificación que estaba en reparación, veía televisión con otros oficiales en el segundo nivel, ajeno a las dificultades por la que atravesaban los agentes que atendía al público en la primera planta.

Un ritual, seguido de malos tratos, se tuvo que pasar para estas dos personas pudieran conversar con el comandante del Plan Piloto. El oficial apenas dejó hablar al joven, a quien advirtió que no le prestaría asistencia si se quejaba por la tardanza en que recibía auxilio.