La Policía Nacional ha disminuido el flujo de informaciones sobre los casos de violencia que preocupan a la ciudadanía, lo que obedecería a una orden palaciega no explicada aún por el Gobierno.
El objetivo sería no alarmar aún más a la población, y así evitar un aumento de la percepción de inseguridad ciudadana.
En tal virtud, son pocas las veces que la institución ofrece ruedas de prensa, y cuando lo hace, es para destacar los casos “resueltos”. Sin embargo, hay casos que son “evadidos”, mientras las redes sociales los recogen.
Entre esos casos está el de Cleotildo Astacio, un hacendado de 64 años, que fue ultimado por unos desconocidos en su finca de Hato Mayor. Eso sucedió el miércoles, y todavía ayer no había una versión policial al respecto.
Otro caso es el del peruano Javier Estela Cóndoro, de 39 años y quien fue acribillado la noche del domingo en Villas Agrícolas, de esta Capital.
Asimismo, el caso de Aneirys Valeria Novas, una alistada policial que murió hace un mes, tras ser baleada el 30 de enero por Carlos Aquino. Éste robó el arma de un policía de apellido Colón, y escapó, mientras se ignora su paradero.
En el hecho falleció Mario Colón, raso policial y compañero sentimental de Aneirys. Ésta dejó huérfano un niño de cuatro meses.