Lo primero que se enseña en el estudio de la PNL es: “Lo importante no es lo que dices, sino cómo lo dices”. EFE.
A mediados de los años 70, John Grinder y Richard Bandler, se propusieron averiguar qué es lo que lleva a dos psicoterapeutas famosos de los EEUU a ser tan efectivos a la hora de obtener sus resultados. En su investigación, descubren algunas reglas verbales que ambos utilizaban dentro de su comunicación y que se convirtió en la base de su eficacia.
Así se inició la PNL, la programación neurolingüística, un conjunto de métodos y técnicas que se pueden aplicar en el día a día para alcanzar objetivos y mejorar la calidad de vida.
Tratamos este tema con José de Zor, psicólogo clínico y socio didacta de la Asociación Española de Programación Neurolingüística, quien asegura que hablamos de “programación porque en nuestro ´software mental´ hay una serie de programas con los que funcionamos en la vida. Están reflejados en nuestra base neurológica, de ahí viene neuro y lingüística porque se expresan a través de nuestro lenguaje verbal y no verbal”.
Afirma que la parte no verbal es incluso más relevante que la verbal: los gestos, cómo nos sentamos, actuamos, etc; todo ello define nuestra comunicación total.
Objetivo de la PNL
La PNL se basa en desentrañar los programas con los que funcionamos y modificarlos para utilizarlos en nuestro beneficio.
“Podemos tener unos patrones de comunicación inadecuados, normales o mejorables. La PNL permite comunicarnos mejor en cualquier ámbito de nuestra actividad humana, ya sea familiar, personal, profesional o social”, sostiene el psicólogo clínico.
El experto manifiesta que poseemos “cierto símil con la informática” porque tenemos una serie de programas preestablecidos genéticamente o que hemos aprendido, que son los que hacen que funcionemos por la vida.
Ese “software mental” se puede mejorar con la programación neurolingüística ya que nos propone “una serie de nuevos programas” para mejorar los que ya tenemos y hace que funcionemos mucho mejor.
“Reprogramar es hacer refuncionar esas creencias, valores y todo el contenido que tenemos dentro para reestablecer, de una manera más eficaz, el funcionamiento de los programas internos para facilitarnos la vida”, enuncia José de Zor.
Todo es modificable y mejorable
“Se puede cambiar cualquier cosa de la que tomemos consciencia de los patrones con los que se están funcionando en la vida. Es posible cambiar aquellas piezas o esa parte del software que esté defectuosa o quieras mejorar, para empezar a actuar de una manera diferente”, sentencia el doctor.
El PNL afirma que existen tres bases de software humano:
Los visuales: las personas que procesan las cosas a través de imágenes
Los auditivos: los que se centran en las cosas que se dicen
Los kinestésicos: quienes sienten las cosas, incluido el olfato y el gusto
“El ser humano tiene estos tres sistemas operativos básicos, si yo se traducir lo que digo a tu sistema operativo, voy a llegar a ti mucho mejor. Por ejemplo, si digo “te amo”. Para una persona visual será importante ver cómo lo digo, si en mi rostro hay alegría o énfasis. En un auditivo, será importante el tono, la forma o cómo llega mi voz. Y si es kinestésico, debería ir acompañado con una sensación táctil, con un apretón, por ejemplo”, explica el psicólogo.
Todos tenemos estos tres niveles, pero siempre hay uno referencial en cada persona y la PNL trata de “desentrañar cómo es ese software” para comunicar mejor lo que queremos hacerle llegar.
Coaching y educación
Estas dos prácticas son “primas hermanas” porque el coaching trata de mejorar a la persona a través de sus técnicas y muchos “utilizan la PNL como una herramienta más” en sus preparaciones.
Lo primero que se enseña en el estudio de la PNL es: “Lo importante no es lo que dices, sino cómo lo dices”. El psicólogo clínico recomienda que todos, incluidos los niños, se inicien en esta práctica porque mejora la vida en general.
“La PNL aplicada a la educación en niños tiene unos resultados excelentes, lo tengo comprobado, el poder darle herramientas a los niños para asimilar mejor las cosas y transmitir mejor, les facilita tanto la vida como el estudio”, afirma José de Zor.
Esta práctica se puede estudiar en diversos centros y en las universidades como una titulación propia. “Cada vez esta teniendo más y mejor aceptación, además , todos los estudios que se están haciendo recientemente la apoyan“, concluye el psicólogo clínico.