En la medida que transcurría el Domingo de Resurrección la ciudad fue cobrando mayor vida con el movimiento del tránsito vehicular y de personas por las distintas vías del Gran Santo Domingo.
En las primeras horas de la mañana era notoria la poca circulación de personas. Después de las 10:00 de la mañana ya se observaba un mayor flujo de vehículos. Solo los colmados se veían con sus puertas abiertas.
En un recorrido por los barrios de Herrera, Villa Duarte, Los Mina, Sabana Perdida, Villa Mella, Ensanche La Fe, Cristo Rey y otros se observó a personas visitar parroquias para escuchar la misa alusiva a la Resurrección de Cristo.
En la avenida Sabana Larga se encuentra la parroquia Paz y Bien, la cual se llenó de feligreses.
En Güibia, donde el Ayuntamiento del Distrito Nacional montó un centro de diversión, se pudo ver la llegada tímidamente en horas de la mañana de los padres con sus hijos para disfrutar de la gran variedad de juegos instalados para toda la familia.
Horas más tarde fueron llegando más personas a ese lugar, ubicado en la avenida George Washington. Piscinas, toboganes, canchas de voleibol y gimnasio, entre otros entretenimientos, estaban a la disponibilidad del público que se dio cita en ese espacio.
Igualmente se pudo constatar que los venduteros del mercado de Las Pulgas, en la avenida Luperón con la avenida 30 de Mayo, no perdonaron el Domingo de Resurrección para dejar de vender la gran variedad de mercancías usadas que allí se exhibe.
Se pudo observar a decenas de vendedores y posibles compradores en ese mercado.
Después del mediodía la afluencia de vehículos y de personas fue aumentando, pues estaban llegando a la ciudad los viajeros que salieron a distintos puntos del país a vacacionar, en ocasión de la conmemoración de la Semana Santa.