¡Pobre de los pobres!

¡Pobre de los pobres!

Lo he dicho: es inútil pretender oponerse, vencer a la Naturaleza, a la vida. Ella, al fin, se impondrá. No hay, ni habrá fuerza ni Poder que la resista. “Sic glori tran sit mundi” (la gloria va de tránsito por el mundo). Hoy, sintiéndome como lo que soy: una infinitésima porción de la más pequeña desprendida del átomo, la Naturaleza me impulsa, me obliga a resurgir de mi autoexilio comunicativo, de “mi dulce anonimato”.

Hoy vuelvo a mis orígenes; vuelvo a pensar en los pobres ¡somos tantos! Hoy pienso en ellos. ¿Sabrán ellos lo que es pensar; peor aún, podrán decir, trasmitir lo que piensan?: ¡Vana y pretenciosa pretensión! ¿Podrán ellos hablarles a los eruditos; a los del Jet Set; del VIP; de la high class; los elegibles y electores; los Mandatarios y Mandantes; la plutocracia y la plebe; los ambientalistas y los neoclásicos; los progresistas y privatizadores; los del índice creciente; los de los déficit fiscal y cuasi-fiscal; de la balanza de pagos; los de mega-byte y de www.com?. ¿Y qué es eso –se preguntarán- de Mercosur y Otan; T-bon steak y chautebrand; lazaña y cheesseburger; euros y DEG; yen y Hang Seng; Down Jones y Nasdaq? ¡Vaya Ud. a saber! ¡Cuánta palabrería y simbología; qué mar de incongruencias y petulancias; cuántos bla, bla…y bla, bla, bla!…

¿Y nuestros GRANDES MAESTROS y catedráticos; eminentes intelectuales, magnánimos Gobernantes; dignos Prelados y sabios Representantes; constitucionalistas y legisladores; se han preocupado por enseñar a los pobres; que hay vocales y consonantes; que hay códigos y leyes que les califican como delincuentes y criminales; que no son ciudadanos ni podrán trabajar en actividad sana por no saber leer ni escribir, ni firmar cheques o giros; pagareses o LETRAS; ni tener tarjetas o créditos y que, al ser tan ignorantes, sólo estarán hábiles para nutrir el ejército de aquellos delincuentes y criminales?

¡Cuánta insensatez; cuánta desvergüenza siento –hasta de mí mismo- ante el rotundo fracaso de nuestra civilización; de considerarnos seres y sociedad civilizada y mirar, sin sonrojarnos, la existencia de miles, de millones de personas que a penas sí saben que existen porque, quienes lo sabemos, los ignoramos o los aniquilamos. ¡Ah, pobre de los pobres! Y es que son tan ignorantes que ignoran que pronto se reunirá la “Cúpula Empresarial” para enviar su informe anual Grupo de los 6, de los 8 ó de los 20: no importa! Pero se cumple con entregárselo y lo lean –si es que lo leen- lo que sí harán es DECLARAR que basándose en ese Informe el Grupo que sea, de los 20 y los 30, y aún el de los UNO, ha decidido aprobar una nueva RESOLUCIÓN para dar solución al problema de la pobreza en el mundo, mediante la ejecución del “Plan del 2do. Milenio” y para ello serán convocados a una próxima CUMBRE  los filántropos integrantes de sus principales entidades, tales como el BANCO MUNDIAL (B/M); el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y su ilustre cobrador Fondo Monetario Internacional (FMI); a fin de que asistan a los países y a sus pobres pueblos, con AYUDAS y/o préstamos que no excedan; sus intereses al 24% anual; todo suscrito en convenios de Asistencia que se incluirán en sus respectivas DEUDAS EXTERNAS.

¡Cuántas ayudas; cuántas asistencias; cuánto desprendimiento!

¡Qué poco tiempo de supervivencia le espera a la pobreza y a los pobres!: “Con amigos así quien requiere de enemigos”.

¡Pobre de los pobres! Tanta ha sido y es su pobreza que hay olvidado que ya estamos en NAVIDAD. Ah, perdón: es que los pocos que gozan, que celebran ese día, han olvidado también decirles que esa palabra: NAVIDAD significa Nacimiento ¿de quién?, de Cristo; Sí, El Salvador, el Mesías, el Señor, Jesús, su Dios.

¡Pobre de los pobres! Ignoran que a ellos y a todos, nos ha nacido un nuevo Dios, cuyo nombre no es Jesús, el de la NAVIDAD; sino DINERO, por el que mueren, asaltan, exterminan y ya no tienen prójimos, ni hermanos, ni vecinos, ni paz, ni amor. Ahora tienen Bancos, Financieras, Créditos, depósitos, deudas; todos ligados a su nuevo Dios: DINERO.

Oh! se dirán los pobres, y entonces para qué tántas reuniones, cumbres, estudios, informes. ¿por qué entonces no fundan un nuevo BANCO DE AYUDA A LOS POBRES y depositan en él, cada país el 1% de su PIB (Producto Interno Bruto) o mejor aún: el 1% de sus respectivos Presupuestos Nacionales de cada año; y si así se hiciera entonces los pobres, cada año, conoceremos el significado del mensaje CRISTIANO: ¡FELICES PASCUAS Y PROSPERO AÑO NUEVO!

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