Pobre del pobre

Pobre del pobre

La revista Science es el órgano informativo de la Asociación Americana para el Avance Científico, institución conocida por las siglas AAS. En la edición 6373, volumen 359 de la citada publicación, aparecida el 19 de enero de 2018, se recoge un novedoso titular que traducimos de esta manera: Prueba multi-analítica de sangre que permite detectar y localizar cánceres curables quirúrgicamente.
Se trata de la denominada biopsia líquida la cual tiene su fundamento en el hecho de que las células cancerosas degeneran y liberan en la sangre fragmentos de proteínas y de ADN que contienen alteraciones específicas para determinados tipos de neoplasias malignas. Estas minúsculas partículas pueden ser detectadas por medio de técnicas de biología molecular permitiendo así identificar el tipo de tumor, así como el sitio de origen.
La noticia es de que ya se pueden diagnosticar con un alto grado de certeza los carcinomas de ovario, hígado, páncreas, esófago, estómago, intestino grueso, mama y pulmón, mucho antes de que hayan crecido a un tamaño suficiente para ser vistos mediante procedimientos endoscópicos o de imágenes. En esta fase no están incluidos los carcinomas de riñón, vejiga, ni de próstata El estudio tuvo una especificidad de alrededor de un 99%, digamos que solamente una persona de cien analizadas recibirá el informe de positividad equivocada.
La sensibilidad promedio fue de alrededor de un 70%, en otras palabras, treinta de cada cien individuos sometidos la prueba dio negativo para el cáncer cuando en verdad sí lo padecían.
Aunque la sensibilidad no es la ideal, debemos admitir que la buena nueva debe ser recibida con mucho entusiasmo entre los hombres y mujeres que laboramos diariamente en la lucha contra el terrible flagelo del cáncer. Un regocijo especial debemos sentir quienes ya estamos acostumbrados a ver por primera vez a enfermos en una etapa tan avanzada de la enfermedad, en donde los titánicos esfuerzos médicos resultan insuficientes para paliar el dolor y la incapacidad funcional del paciente.
La prueba tendrá un costo de unos quinientos dólares, estaríamos hablando de cerca de veinticinco mil pesos dominicanos, cantidad de dinero de la que el pueblo humilde no dispone, lo cual limitaría la aplicación del tamizaje a una franja limitada de la población general. Resulta obvio que cuando un resultado sea positivo, digamos para cáncer de pulmón, tendremos que realizar otros estudios complementarios para precisar si se trata del derecho o el izquierdo, así como para saber en cual de los lóbulos está ubicada la lesión. ¿Pagarán las aseguradoras de salud por la indicación de la pesquisa?
Es lógico pensar que cuando la prueba esté disponible en el mercado local tendremos una fuerte demanda de la misma. Igualmente aumentará el número de casos detectados que ameriten cirugía, quimioterapia o radioterapia.
Con la creciente pauperización de los distintos sectores de la capa media dominicana, viviremos el drama trágico, de sabernos poseedores de un tipo de neoplasia maligna, y no contar con los medios económicos para hacerle frente a dicha enfermedad catastrófica, la cual se nos presenta en la mejor oportunidad de atenderla y de curarla.
La situación de los pobres y desamparados resulta mucho peor, ellos al no tener a acceso a esa herramienta analítica, seguirán ignorando si albergan o no la mortífera enfermedad. Desafortunadamente ellos sólo lo sabrán, como les ocurre hasta ahora, cuando el mal ya no tiene remedio. ¡Pobre del pobre!

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