Pobre Malecón nuestro

Pobre Malecón nuestro

Dicen algunos viejos habitantes de la ciudad de Santo Domingo, que el Malecón nuestro es el más “bello del mundo”. A mí me gusta más los que son verdaderos paseos marítimos, donde el peatón (el pobre,  puesto que los ricos se pasean en BMW o deportivos), se embriaga con las puestas de sol en el mar, con sus reflejos  y luces, mirando los suntuosos hoteles y casinos, sin altoparlantes, bocinas u hoyos en las aceras, aprovechando la vida urbana sofisticada, aunque sea un momento.

El de La Habana es bello por las casas de piedras que lo bordean y la bravura de las olas. El Malecón nuestro es campechano, mejor dicho era, hoy es una abominable vía, ruidosa transitada a todas horas por camiones ruidosos, sucios y malolientes, manejados por locos en libertad. Y como si eso no era suficiente, el síndico de la capital, Roberto Salcedo, lo ha transformado en su juguete preferido o mejor dicho en su diversión favorita. (Obliga así  sus funcionarios a justificar sus más desacatadas decisiones).

Ejemplos: el Malecón Libre: se quiso concentrar las miradas para demostración y vimos la juventud patinar domingos tras domingos, pero  al mismo tiempo, en la Plaza Juan Barón se cerraban los chimichurris, para permitir la construcción de cubitos abigarrados que duplicaron los precios de las comidas: Conclusión: la gente dejó de patinar en el  Malecón Libre.

Las piscinas de Güibia:  inventadas por los moradores pobres de nuestros barrios, para pasar Semana Santa, el síndico desactiva esa iniciativa, desestimula la creatividad y  recupera esa idea para concentrarla en Güibia, con decenas de  estanques, para sencillamente recrear en la capital, la suciedad y la promiscuidad que existen en Boca Chica.

El Helipuerto: nuestro síndico quería construirse tal equipamiento para llegar más rápido a su oficina y se olvidaba en ese momento de un argumento que exhibe hoy para no permitir la construcción de un parqueo en el Malecón frente a Unicaribe: es un área protegida que debemos cuidar.  Unicaribe: tolera esa Universidad sin parqueos, tolera los parqueos en el área costera, llegan muertes al cruzar y no quiere puente peatonal. Como no quería parqueos en la Duarte, en el barrio chino. La Lata: clausuró el lugar,  por ser muy desinhibido, pero  ilumina el Malecón: pero ya la gente se fue, no se divierte de noche en el Malecón porque no hay Lata. Pobre Malecón nuestro.

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