PUERTO PRINCIPE (AP).– Las elecciones parlamentarias en Haití tuvieron ayer, viernes, una escasa participación, lo que dificultará los esfuerzos del presidente electo René Preval de formar su nuevo gobierno.

Tras dos años sumidos en un vacío de poder elegido democráticamente, los haitianos y la comunidad internacional aguardaban con expectativa estos comicios para recuperar cierta estabilidad política, pero la baja presencia en las urnas obliga a Preval a esforzarse aún más para forjar alianzas con sus rivales.

Las elecciones, con 127 curules en juego _97 representantes y 30 senadores_, determinarán el nivel de apoyo legislativo para Preval, que asume funciones el próximo mes. Se espera que los resultados definitivos estén listos en una semana.

Se prevé que el partido de Preval, el Lespwa, gane la mayor cantidad de escaños, pero se verá obligado a forjar coaliciones porque ningún movimiento político cuenta con suficientes candidatos para lograr la mayoría.

La ley estipula que el partido o coalición con mayor representación en el parlamento elige al primer ministro, quien será la cabeza del gobierno y designará a los ministros y otros cargos.

La escasa participación no tendrá por qué afectar la agenda legislativa de Preval, dijo Daniel Erikson, de la agencia de Diálogo Interamericano, pero la «luna de miel (con el parlamento) ciertamente será corta’’.

Durante la jornada, una persona fue muerta a balazos en una casilla en la ciudad septentrional de Grand Saline, dijo Max Mathurin, presidente del Consejo Electoral. En esa misma ciudad, varias personas irrumpieron de forma violenta en dos colegios electorales y quemaron varias boletas, dijo el vocero de Naciones Unidas David Wimhurst.

En la capital, Puerto Príncipe, las elecciones discurrieron pacíficamente, exceptuando incidentes menores de intimidación o denuncias de fraude, dijeron funcionarios.

Haití lleva sin gobierno elegido democráticamente desde febrero del 2004, cuando una revuelta popular derrocó al presidente Jean Bertrand Aristide.

La ausencia de largas filas en las casillas electorales y la aparente falta de entusiasmo en los comicios contrastaron con la votación presidencial de febrero, en la que el ex presidente Preval logró volver al poder.

Miles de soldados de paz de la ONU custodiaron los recintos de votación, pero sólo una pequeña fracción de los 3,5 millones de electores empadronados había llegado a emitir los sufragios poco después del inicio oficial de los comicios al amanecer.

En la contienda participaron aspirantes de todo el espectro político, desde miembros del partido de centro-izquierda Lavalas de Aristide, a ex rebeldes que ayudaron a derrocarlo y varios postulantes de centro-derecha.

«Quiero un cambio para mi país. Necesitamos desarrollo y oportunidades, por eso vine a votar’’, expresó Garry Alcy, de 35 años, una de las 50 personas que se acercó a votar en un colegio secundario de Petionville, en las afueras de esta capital.