Pobreza desnuda ante una reina

Pobreza desnuda ante una reina

La extrema pobreza de gente marginada de algunos de nuestros barrios se desnudó ante la Reina Sofía, de España, que tuvo a bien visitar la República Dominicana  para evaluar la marcha de programas de  cooperación auspiciados por su país. Este contacto de la Soberana con la extrema pobreza nuestra se produce en momentos en que está en debate público el pago de sueldos exagerados a cierta categoría de servidores públicos -designados o electos, para el caso da igual- que forman parte de un aparato burocrático bastante costoso para las finanzas de un país en que, a la vez que crece la economía, campea por sus fueros una pobreza extrema abundante y que no es mellada por las cifras oficiales.

Nuestra extrema pobreza se desnudó ante la Reina en un momento en que Barack Obama, presidente de la nación más rica y poderosa del mundo, apenas minutos después de prestar juramento, disponía la congelación de los sueldos de los funcionarios de la Casa Blanca. El destape coincidió, por contraste, con la insólita defensa que hacían aquí voceros de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) por el pago de altísimos emolumentos a una burocracia  sobreabundante, distribuida en cinco consejos administrativos. La Reina ha podido  palpar la enorme  pobreza de este país fantoche, que tira las puertas por la ventana cuando otros apremian la austeridad.

Momento de unidad nacional

Estamos en época en que el desempeño interno del país, en términos económicos y sociales, depende en gran medida del comportamiento de variables externas. Los efectos de la crisis financiera,  por ejemplo, determinarán lo que pase con nuestra economía. La recesión derivada de esa crisis externa, le pone límites a nuestras exportaciones y a los ingresos por concepto de remesas.

Pero también hay factores internos que afectan las vidas de todos. La inseguridad, por ejemplo, es uno de esos ingredientes, y lo son también el narcotráfico y la corrupción. Nuestro preámbulo pretende hacer notar el común denominador clave para hacerle frente a todo esto. Sin duda, ante la amenaza común, la unidad de todos los sectores es el mejor común denominador. Por eso tiene asidero que muchas voces con autoridad estén propugnando la unidad de todos los sectores para llegar a una concertación que nos permita enfrentar la amenaza común.

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