POR GERMAN MARTE
Aunque no hay una relación automática entre pobreza y desnutrición, el factor económico sigue siendo la causa fundamental de la desnutrición crónica infantil en el país, de acuerdo con el representante local del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas, el doctor Pável Isa.
Subrayó que en los hogares donde los padres no tienen dinero suficiente para adquirir alimentos hay mayor probabilidad de que los niños sufran de desnutrición.
No obstante, advirtió, hay otras causas, como el acceso a los alimentos, que pueden influir, pues se puede dar el caso que una persona tenga dinero, pero que en el mercado no haya suficiente variedad de productos que le permitan alimentar adecuadamente a sus niños.
Hay hogares que pueden tener recursos para comprar, pero la oferta alimentaria es sencillamente de un grupo muy reducido de productos, pues no hay frutas, o la variedad es muy reducida, no hay vegetales, etcétera, expresó el representante del PMA en el país.
Isa destacó que que el consumo de micronutrientes es fundamental para evitar la desnutrición infantil crónica.
FACTORES CULTURALES
Pero la desnutrición infantil también puede tener una causa cultural, advirtió Isa.
Se refirió a los patrones de consumo que, en algunos lugares, no favorecen el consumo de alimentos ricos en vitaminas y minerales.
Por otro lado, el funcionario de Naciones Unidas, señaló que un niño que tenga bajo peso al nacer corre el riesgo de sufrir de desnutrición crónica.
Lactancia materna
La lactancia materna juega un papel determinante en el combate a la desnutrición infantil. Mientras más baja sea la tasa de lactancia, mayor será la cantidad de niños que sufran de desnutrición crónica.
Isa explicó que en República Dominicana la lactancia exclusiva hasta los seis meses -que es lo recomendado- es de apenas un 5%, eso es dramático.
Este porcentaje contrasta con los niveles de desnutrición relativamente bajos que hay en el país en comparación con el promedio latinoamericano.
Salarios y nutricion
De acuerdo con Pável Isa, un dominicano que devengue un salario mínimo, tiene altas posibilidades de que sus hijos padezcan de desnutrición.
El problema se empeora si la persona vive en un municipio apartado, donde además de baja capacidad adquisitiva, hay dificultad de acceso a determinados alimentos.
A esto se añade el nivel de información que se tenga con respecto a las buenas prácticas alimenticias, incluida la lactancia.
El hambre no espera
El hambre no espera a que el nivel de ingresos de un país suba para que luego se derrame hacia los sectores más pobres y a los niños desnutridos, afirmó Isa.
Dijo que efectivamente tiene que haber un desarrollo económico sostenido para proveer la base material que permita erradicar la desnutrición infantil.
Sin embargo, recalcó, atacar directamente el problema de la desnutrición crónica infantil, es un componente clave de la estrategia para eliminarla.
No se puede esperar a que crezca el ingreso, porque además se está atentando contra el propio crecimiento, porque el hambre cuesta económicamente, expresó Isa.
DOS TIPOS DE DESNUTRICIÓN
Hay dos tipos de desnutrición: la crónica y la aguda.
Cuando un niño está famélico, enflaquecido, que no tiene carbohidratos, proteínas y grasas, se trata de una desnutrición aguda.
La crónica, en cambio, es invisible, no es evidente. Aparentemente los niños se ven saludables, pero van quedando pequeñitos, porque no tienen la suficiente provisión de micronutrientes.
Estos últimos son los que en el argot popular le llaman revejíos.
Una razón puede ser que el niño esté consumiendo plátano, arroz y grasa, lo que algunos dirían que está bien, porque está recibiendo proteína, vitaminas y minerales, y por lo tanto no se pone flaco.
Sin embargo, cuando se analiza la composición de los alimentos, se observa que faltan vitaminas y minerales, y esto se traduce en un menor crecimiento del niño, entonces se produce la desnutrición crónica.