BUENOS AIRES (AFP) – Los temas centrales del debate que los jefes de Estado y de Gobierno sostendrán esta semana en la Cumbre de las Américas, en la ciudad de Mar del Plata, serán el desempleo y la pobreza, además del ALCA, la iniciativa de libre comercio de EEUU que encuentra resistencia en Latinoamérica.

   El Área de Libre Comercio de las Américas, lanzada en 1994 en Miami por el ex presidente George Bush, padre del actual mandatario George W. Bush, no sólo concita el rechazo de los gobiernos, sino que será uno de los blancos de las manifestaciones de repudio de la llamada ‘contracumbre’.

   A pocos días del encuentro presidencial, el viernes y sábado próximos, los representantes de 34 países americanos (todos excepto Cuba), siguen negociando aspectos de la Declaración Final del encuentro, según admitió la Cancillería argentina.

   Algunos países llegan a esta instancia cargando problemas de vecindad, como la inesperada controversia de la anfitriona Argentina con Uruguay, por la autorización uruguaya para la instalación de dos plantas papeleras sobre un río de aguas compartidas, que Buenos Aires objeta por presuntos efectos contaminantes.

   También acarrean una cuestión bilateral Chile y Perú, a raíz de un proyecto de ley a consideración del congreso peruano que desplazaría hacia el sur el límite marítimo entre los dos países.

   Bolivia y Chile, en tanto, continúan sin relaciones diplomáticas, suspendidas por La Paz en 1978 tras fracasar los intentos por obtener una salida al Océano Pacífico, aunque recientes conversaciones sobre aspectos migratorios y contrabando, entre otros, parecen indicar un mejor momento en la situación.

   La Cancillería argentina reveló que la Declaración de Mar del Plata tendrá siete capítulos referidos al crecimiento con empleo, la creación de trabajo para enfrentar la pobreza, la formación de la fuerza laboral y el desarrollo de las micro, pequeñas y medianas empresas.

   Otros capítulos abordarán el marco necesario para la creación de trabajo decente y el fortalecimiento de la gobernabilidad democrática.

   La Cancillería precisó que los enunciados giran sobre las políticas necesarias para crear trabajo genuino y sobre medidas concretas como la formalización del trabajo no registrado, la erradicación del trabajo infantil y el fin de la discriminación en el trabajo, en especial la relacionada con el género y los indígenas.

   La IV Cumbre de las Américas tiene como lema «Crear trabajo para enfrentar la pobreza y fortalecer la gobernabilidad democrática», propuesto por Argentina y aceptado por todos los gobiernos.

   Un foco de atención será el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, enfrentado abiertamente con la Casa Blanca, quien anunció su participación en la III Cumbre de los Pueblos, organizada de forma paralela por medio millar de entidades políticas y sociales de varios países.

   También concentrará la atención Bush, no sólo de los medios sino del aparato de seguridad de la Cumbre. El estadounidense insistirá en el viejo anhelo de su padre de crear el área de libre comercio desde Alaska a Tierra del Fuego.

   Pero el mandatario del país más poderoso del mundo realizará este viaje a una de las naciones más australes del continente debilitado por problemas internos y con el difícil propósito de mejorar su imagen en la región y quizás en la opinión pública norteamericana, según analistas en Washington.

   «Bush llega a Mar del Plata muy debilitado políticamente», explicó a la AFP Michael Shifter, del Diálogo Interamericano, y agregó que «no está en un buen momento para dedicar el esfuerzo necesario para comprometerse realmente con la región y empezar a reconstruir una relación deteriorada en los últimos años».

   El mandatario enfrenta el primer viaje a América Latina de su segundo mandato en medio de crecientes problemas con miembros de la Casa Blanca arrinconados por la justicia, la renuncia de su candidata a la Corte Suprema Harriet Miers y la difícil situación en Irak, donde el número de soldados muertos superó los 2.000.

   La situación para Bush en Mar del Plata tampoco será muy favorable, ya que es poco probable que los países empobrecidos de la región encuentren suficientes incentivos para relanzar la agónica iniciativa del ALCA.

   De los presidentes americanos invitados, el único que confirmó que no participará es el panameño Martín Torrijos, quien tiene previsto atender los actos protocolares de las fiestas de independencia de Panamá de Colombia.