La pobreza, el limitado gasto en salud que históricamente ha destinado el Estado dominicano y la falta de aplicación del artículo 31 de la Ley 87-01, que ordena que todos los empleados públicos pasen al Seguro Nacional de Salud (Senasa), son los determinantes que pueden amenazar la sostenibilidad de la Ars estatal.

Esas consideraciones las hace el especialista en seguridad social Bernardo Matías en su libro “El pecado original del sistema dominicano de seguridad social en salud”. En el capítulo 6, titulado “El Senasa en un escenario de crisis sistemática”, el autor asegura que esos determinantes son de carácter estructural y sistémico y considera que si se quiere una mayor equidad y solidaridad social en el país se debe apostar a la consolidación y fortalecimiento del Seguro Nacional de Salud, en lugar de jugar a su debilitamiento.

Cuando Matías se refiere a que la misma pobreza amenaza la sostenibilidad del Senasa, cita que para el 2012, el Índice de Desarrollo Humano era de 0.73. Diferentes estadísticas confirman que en la República Dominicana más del 70% de la población pobre sigue utilizando los servicios de salud que ofrecen los hospitales públicos.