Poca esperanza de que diálogo con Irán por programa nuclear logre acuerdo

Poca esperanza de que diálogo con Irán por programa nuclear logre acuerdo

WASHINGTON.AFP.  Las próximas negociaciones internacionales sobre el programa nuclear iraní podrían fracasar debido a que Teherán se siente acorralado y es reacio a llegar a un acuerdo ante un Estados Unidos inflexible que no deja de endurecer las sanciones en su contra, afirman analistas.

Tras semanas de tratativas para definir una fecha y un lugar, Irán y el grupo p5+1 (Estados Unidos, China, Rusia, Gran Bretaña, Francia y Alemania) decidieron reunirse el 26 de febrero en Almaty, Kazajastán, para una nueva ronda de conversaciones tras el último fracaso en junio de 2012 en Moscú.

El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, afirmó que «la comunidad internacional está lista para responder si Irán llega preparado para hablar de cosas con sustancia».

Londres evocó por su parte una «nueva oferta» del p5+1, y Moscú dijo esperar «importantes avances» en Almaty. Pero los expertos lo ponen en duda debido a la complejidad de la partida entre Irán y las seis potencias encabezadas por Washington. «Es casi seguro que las negociaciones de Kazajastán no llevarán a ninguna parte, a menos que Estados Unidos dé señales de que está listo para dar pasos que los iraníes consideren significativos y equivalentes a cambio de sus propias concesiones», estimó James Tarub, del Center on International Cooperation, en una columna en la revista Foreign Policy. El grupo p5+1 e Israel sospechan que Irán trabaja en una bomba atómica bajo la cobertura de su programa nuclear civil, algo que Teherán niega de plano.

Para intentar someter a la República Islámica, la ONU le impuso cuatro series de sanciones, a las que Estados Unidos y la Unión Europea agregaron sus propias medidas punitivas, causando una grave crisis económica a la potencia petrolera. Washington adoptó una estrategia «a dos vías» con respecto a Teherán, país con el que rompió relaciones diplomáticas en 1980: Estados Unidos endurece regularmente sus sanciones al mismo tiempo que busca privilegiar la diplomacia. Pero el presidente Barack Obama puso límites a la estrategia y se comprometió, para dar reaseguros a Israel, a no permitir que «Irán jamás tenga la bomba» atómica. Amenazado con eventuales ataques militares, contra las cuerdas y vulnerable, Irán reclama el «derecho» de enriquecer uranio como signatario del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).

 El pasado verano boreal, el grupo p5+1 había reclamado a Teherán la suspensión del enriquecimiento de uranio al 20% y de la exportación de sus existencias. Los iraníes descartaron hacerlo sin un alivio de las sanciones, a lo que las grandes potencias se opusieron. James Tarub cree que «el primer ministro británico David Cameron y la jefa de la diplomacia europea Catherine Ashton son favorables a un alivio de las sanciones.

Pero hay un límite acerca de lo que pueden hacer sin Estados Unidos». De hecho, Washington viene de aplicar nuevas sanciones para evitar que se haga con sus ingresos petroleros y advirtió que «intensificará la presión económica» si no hay respuesta a las «inquietudes» internacionales.

Simultáneamente, el vicepresidente estadounidense Joe Biden hizo una «oferta seria» para realizar conversaciones directas entre Teherán y Washington. Pero el guía supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, respondió que «Irán no aceptará negociar con aquellos que nos amenazan con presiones». Jon Alterman, del Center for Strategic and International Studies, dijo que «Irán decidió jugar una partida negativa. Se siente increíblemente débil y así es difícil de alcanzar un acuerdo».

El general estadounidense retirado James Cartwright, del mismo centro de análisis, es mucho más crítico con Washington. «Nos olvidamos por qué los iraníes iniciaron estas actividades» nucleares, dijo el militar, para quien Teherán busca «garantizar su soberanía» en la escena internacional. «Si uno quiere negociar, se deben comprender las necesidades, los deseos y las aspiraciones de la otra parte. Si uno negocia y solo piensa en lo que quiere obtener, es una discusión en sentido único que no lleva a ninguna parte», advirtió.

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