Cuando creemos que hemos avanzamos bastante en lo relativo a la mujer en los espacios de poder y en las plazas electivas, nos damos cuenta, que nos queda mucho por recorrer, incluso, hasta qué recuperar, es decir, que en ciertas cosas, vamos en retroceso.
En esta semana que pasó ponemos en contraste dos informes estudios presentados, uno sobre “Cultura Democrática en República Dominicana”, presentado por el Ministerio de Economía, y otros dos que vienen en un documento compartido: “Monitoreo de Cobertura Electoral con Perspectiva de Género Elecciones Presidenciales y Congresuales” y “Monitoreo de Violencia Política contra Las Mujeres en las Redes Sociales”, emitido por la Junta Central Electoral.
Supongo ambas presentaciones en la misma semana han sido pura casualidad, pero, lo interesante es contrastarlas.
En el Informe de Cultura Democrática, sale a relucir que “El prejuicio contra la competencia política de la mujer permanece enquistado en la sociedad: el aspirante masculino es quien le merece más confianza a la mayoría (53.70%) “
Mientras que el Informe que rinde la JCE sobre la Cobertura (mediática) de las Candidaturas, nos quedamos con este dato: “En cuanto los resultados principales de este estudio vemos que en el análisis general los candidatos hombres recibieron el 53.20% de la cobertura, mientras que las candidatas mujeres solo el 9.40%”
Podemos entonces relacionar el hecho de que si las mujeres candidatas son menos visibilizadas en los medios de comunicación, genera que se hable menos sobre nosotras, nuestras virtudes, propuestas y trayectoria, por lo cual, podemos permitirnos pensar en la teoría de que; si somos menos conocidas, lógicamente, generamos menos confianza.
A esto agregamos lo que arroja el informe de Monitoreo de Violencia Política de Género, cuyos hallazgos dejan establecidos la cantidad de mensajes dirigidos a mujeres candidatas que laceran su imagen pública injustamente bajo estas categorías: 1.Ridiculización (41%, 764 (41%, 764 mensajes), 2. Las críticas al ejercicio político (37%, 685 mensajes), 3. Menosprecio a sus capacidades (6%, 110 mensajes), 4. Alusiones al cuerpo y a la sexualidad (5%, 85 mensajes), 5. Agresiones Directas (4%, 80 mensajes), 6. Roles, Mandatos y Estereotipos de Género (4%, 78 mensajes), 7. Acoso (2%, 38 mensajes) y 8. Amenazas (1%, 13 mensajes).
También, en esta semana hemos visto cómo el propio expresidente Hipólito Mejía, declaró en un marco de apoyo a una futura candidatura presidencial de su hija, y actual alcaldesa Carolina Mejía, una aseveración de que el país está listo para tener a una mujer presidente. Pero, ya llevamos años, sobre todo desde que la Dra. Margarita Cedeño lanzó su pre-candidatura presidencial, normalizando la pregunta: ¿Está RD lista para que una mujer gobierne? Sin embargo, tanto la pregunta como la aseveración son dañinas, porque dejan en el imaginario de la población la idea de que un país debe de “prepararse” ante la circunstancia de ser gobernado por una mujer, cosa que es incierta e infundada, porque nunca un país, desde la edad antigua, ha tenido que pasar por un proceso de preparación previa para aceptar una mujer o a un hombre gobernante, y segundo, porque la falta de autoridad y régimen de consecuencias que es evidente en nuestro país de manera generalizada, es encabezada en su gran mayoría, por hombres.
Es muy común que cuando en los medios se refieren a una mujer política o al alcance de las cuotas de género, suele salir la coletilla “pero con méritos”, lo que indica que se da por hecho que los hombres en el escenario político tienen méritos adscritos.
El debate de la mujer con o sin méritos, es común, pero está borrado del ideario del discurso el mérito de los hombres en política, y mucho menos, el impacto de las mujeres que los rodean en la vida para obtener ciertos privilegios, cosa que se resalta cuando se trata de las mujeres.
Así como nos educan para no hacer preguntas fuera de lugar o que denoten falta de educación, tales como, preguntarle a la gente de cuánto es su sueldo, cuál es el tamaño de sus genitales, o cualquier tipo de intimidades, del mismo modo, es una falta de educación preguntarse si a una Ministra de Interior y Policía la va a respetar el cuerpo policial, cuando aquí la delincuencia anda manga por hombro y tenemos décadas con esa cartera debajo de figuras masculinas y esa pregunta no se ha formulado hacia un hombre.
Es un reto seguir educando y sensibilizando respecto a la responsabilidad de los medios de comunicación con la visibilización equilibrada de las mujeres candidatas (regidoras, directoras de distritos, alcaldesas (de todas las provincias), diputadas, senadoras, etc. Del mismo modo, los partidos políticos tienen también la responsabilidad de luchar por visibilizar a su militancia femenina al igual que la masculina.