Pocas respuestas institucionales a las arremetidas del calor

Pocas respuestas institucionales a las arremetidas del calor

La perturbadora e intensa elevación de temperaturas crea una auténtica situación de emergencia que las autoridades hacen constar llamando a comportamientos ciudadanos individuales de autoprotección… y eso no basta. Mucho procede la habilitación excepcional de espacios hospitalarios y de clínicas privadas para acoger personas en crisis de salud por el calor, sobre todo de adultos mayores y niños. El Gobierno debe disponerse en tal sentido a dictar instrucciones para que los centros asistenciales garanticen, en virtud de una condición ambiental extrema, rápida acogida para analíticas y mitigaciones instantáneas ante signos de hipertensión, descenso del ritmo cardíaco y descompensación por deshidrataciones. Los directores, públicos y particulares del sistema escolar, deben ser llamados a tomar medidas contra el congestionamiento de alumnos en áreas sin adecuada climatización. Procede desautorizar públicamente y a nivel general la continuación de labores extenuantes bajo el ardiente sol o sitios cerrados de mucho público y poca ventilación o sin enfriamientos eficientes.

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Momentos como los actuales de severas incidencias atmosféricas que arropan de calor zonas golpeadas además por repetidas invasiones del polvo del Sahara, los riesgos a la salud comunitaria tienen que ser conjurados atrayendo la atención hacia el sentido de urgencia de los ciudadanos ante síntomas de alteraciones a la salud y la red de auxilios debe estar presta a atender muchos casos apremiantes como resultado de la alerta.

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