Pocos fueron a cementerios del Distrito

Pocos fueron a cementerios del Distrito

POR UBALDO GUZMAN MOLINA
La afluencia de personas a los  cementerios Nacional de  la avenida Máximo Gómez, Cristo Redentor y Cristo Rey, del Distrito Nacional, fue escasa con ocasión de conmemorarse ayer el Día de los Fieles Difuntos, debido en parte a los efectos de la tormenta tropical Noel.

Los vendedores de flores y velones se colocaron en lugares estratégicos de los camposantos, pero las ventas, hasta el mediodía, habían sido flojas, mientras los limpiadores de tumbas, machetes en mano, se acercaban cada vez que un vehículo se detenía en los cementerios de la Máximo Gómez y Cristo Redentor.

Mientras el cementerio Cristo Rey luce limpio y con las tumbas pintadas, el Cristo Redentor y  de la Máximo Gómez se encuentran con malezas que cubren las estructuras fúnebres.

 Geny Payano, quien pidió permiso en su trabajo para depositar unas flores ante la tumba de su padre en el cementerio de la Máximo Gómez, visita todos los años el 2 de noviembre a su progenitor y sus familiares que reposan en su última morada.

“Yo le prendo su velón a mi padre y le pido cualquiera cosa que yo creo que me puede ayudar”, cuenta frente al panteón, que fue pintado y acondicionado. La puerta fue violada hace un tiempo y se robaron el cristal, por lo cual tuvo que reponerlo y reforzar la entrada.

De su lado, la señora Miguelina Arias acondicionó la bóveda de su familia. Contó que visita periódicamente el Cementerio Nacional de la Máximo Gómez, y que dos banquitos, colocados al frente, fueron robados.

“Uno cada vez que viene aquí algo tiene que poner, porque los ladrones aquí no cesan. No sé qué hacen los policías municipales”, dijo. La puerta de la bóveda ha sido violada en más de una ocasión. Arias estaba acompañada de su hija Sara Angelina Adón Arias.

De acuerdo con César Brito, todas las semanas visita la bóveda de la familia Cruz Hernández. Dos veces ha sido violada. El ayuntamiento no elimina las malezas. Llevaron todos los materiales, como detergente, escoba y  suaper, para limpiar el área.

En el cementerio de Cristo Rey, la mayor cantidad de personas se podía observar en el lugar donde fue sepultado un joven. Héctor Marte acude todos los 2 de noviembre al camposanto. Le llevó a su difunta madre un paquete de flores. Alabó la  limpieza del lugar.

En tanto, Yanet Tolentino, quien estaba acompañada de dos hermanos y dos hijas,  llevó velones y flores a la tumba de la familia Tolentino Tolentino, que luce en buenas condiciones. “Esto está bonito y hay policías municipales”, dijo.

El pintor Rafael Antonio Paulino  dijo que, hasta el mediodía de ayer, no le había ido bien, pero pensaba hacer dos mil pesos.  “Yo la pinto y le pongo el nombre”, voceaba de un lado a un otro con dos latas de pintura. La señora Elena Ramírez suele visitar la tumba de su progenitor no sólo el 2 de noviembre, sino el Día de los Padres.

El cementerio Cristo Redentor, donde duermen el sueño eterno los líderes de los partidos Reformista Social Cristiano (PRSC) y Revolucionario Dominicano (PRD), Joaquín Balaguer y José Francisco Peña, está abandonado.

Las  yerbas superan a las bóvedas y las tumbas. Algunas calles están en mal estado. Al lado de la capilla, ubicada en el centro del camposanto, hay un tremendo hoyo.

 En el cementerio Cristo Redentor se pudo observar más limpiadores de tumbas que parientes visitantes a sus difuntos en una determinada zona.

Adrián Manuel, de 16 años, limpiador de tumbas, no había podido conseguir nada. “Es que está dura esta vaina aquí, porque ha venido poca gente”, dijo.

La señora Cristina Gómez,  quien estuvo acompañada de varias personas, le llevó flores, velones y agua a sus difuntos. Limpió la bóveda.

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