Poder sin contrapesos

Poder sin contrapesos

El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) ha obtenido una victoria abrumadora y legítima, en unas elecciones congresuales y municipales bien organizadas,  transparentes y novedosas. Los resultados electorales le dan el control del Poder Legislativo y la mayor parte de los municipios. Esto, en adición al control del Poder Ejecutivo, que ha ejercido de manera continua desde el año 2004 con una reelección presidencial en el 2008.

La concentración de tanto poder en manos de un solo partido, aunque legitimada por la democracia y sus reglas, tiene el riesgo de la falta de fuerzas de equilibrio, de contrapeso. En la campaña electoral, el uso del poder en apoyo a los candidatos oficialistas se puso de manifiesto de diversas maneras, como la de hacer coincidir programas de asistencia social en lugares en que activistas trataban de conquistar respaldo para sus candidatos.

El riesgo de este efecto de la democracia puede ser grande o despreciable en función de la forma en que se  utilice el poder. Sin contrapesos ni equilibrios, sin alguna oposición, la democracia padece una cojera que hay que manejar con mucho cuidado. No es la primera vez que el país vive una situación de este tipo. Conviene que seamos lo suficientemente maduros y comedidos para  administrar tanto poder.

La tasa de abstención

La Junta Central Electoral (JCE) ha calculado en 57.8 por ciento la proporción de electores que acudió a votar en  las elecciones congresuales y municipales del domingo. El índice de abstención sería de un 42.2 por ciento, que puede ser considerada bastante alta si se tiene en cuenta que los comicios para renovar las membresías del Poder Legislativo y los gobiernos municipales deberían ser de alto interés para la población apta para ejercer el voto.

Generalmente no se miden las causas de la abstención. La valoración del tribunal electoral se contrae al número de ciudadanos que votó, la proporción que representan del total de electores y a  comparar cifras con elecciones similares anteriores. Pero las causas de la abstención deberían ser materia de estudio de interés para los partidos políticos, sobre todo porque es frecuente que esas organizaciones generan tasas importantes de abstención entre sus propias militancias.

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