Poder y prepotencia -3 de 3

Poder y prepotencia  -3 de 3

Pensamos con pena que Trujillo, nos dejó un legado del cual es difícil sacudirse. Él educó y gustó a un grupo de hombres, mujeres y niños, que se alimentaron a la sombra de su árbol, que son muchos los que han gobernado a su forma y estilo, muchos de esos niños que desde su infancia soportaron la intransigencia, la falta de libertad y autoritarismo, solo en apariencia han roto con el trujillismo, aun cuando algunos hasta pelearon por nuestra libertad, pero llevan ese germen en sus entrañas, porque como dice un articulista español referente a Franco en España, lo cual es aplicable al país, mito “Nuestro inconsciente atávico es la admiración y el gozo por el poder y no otra cosa”. Luego la prepotencia es tan vieja como la República.
La sensibilidad de nosotros los dominicanos por el poder es mandar, quizás por los horrores que hemos vivido. Amamos la libertad desaforadamente y hacemos mal uso de ella, cuando la conquistamos, pero cuando estamos con el poder o parte de él en nuestras manos, no amamos la libertad. Esto lo vemos hasta en la cúpula de base, cuando se nombra de dedo o por elección a cualquier dominicano para ocupar un puesto, en seguida hace su aparición la clásica prepotencia, el sujeto se desfigura, no conoce ni viejos amigos ni familiares, se convierte en un déspota, en un pequeño César o en cacique de pueblo gruñón e intransigente y no es porque en cualquier partido o gobierno no sea necesaria la disciplina y obediencia, sino porque todo lo que tiene opinión contraria al mandamás, es declarado enemigo del Gobierno o es acusado de disidente , o de hereje. En este aspecto de poder y prepotencia la cosa llega tan lejos en nuestro país que los periódicos y otros medios de comunicación, con el socorrido principio de “El cuarto poder”, también ejercen su cuota de prepotencia, llegando hasta a creerse intocables.

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