¿Podrá Nicolás Maduro demostrar que es capaz de tomar decisiones fuertes?

¿Podrá Nicolás Maduro demostrar que es capaz de tomar decisiones fuertes?

Nicolás Maduro junto a Fidel Castro en la Havana. Foto AFP.

CARACAS, Venezuela (AP). Sin el capital político y mucho menos el proverbial carisma de su predecesor, el presidente Nicolás Maduro termina el año con la promesa de profundizar la vía del socialismo en Venezuela que quedó trunca tras la muerte de Hugo Chávez.

Algunos analistas dudan que Maduro tenga la fortaleza suficiente para lograr la meta que fue inalcanzable a Chávez, pero no pocos sospechan que tratará de llegar tan lejos como la realidad económica y política del país se lo permita y advierten que sería un error subestimarlo. Desde la oposición “me subestimaron, ellos dijeron no, Maduro es un inexperto… no se atreve”’, dijo recientemente el mandatario, un ex sindicalista de 51 años.

Pero “lo que han visto (hasta ahora) es poco para lo que vamos a hacer”, indicó el gobernante luego de recibir a fines de noviembre poderes especiales, aprobados por la Asamblea Nacional dominada por el oficialismo, que le permiten emitir decretos con fuerza de ley por un período de 12 meses para combatir lo que llama una “guerra económica” desatada por sus opositores para desestabilizar su gobierno.

Sus palabras son para tomarlas en serio, después de todo en apenas dos décadas el ahora presidente demostró su capacidad de ascenso: pasó de ser un humilde chofer de autobús, que recorría las calles de Caracas, a convertirse en uno de los más cercanos colaboradores de Chávez y sorprender a muchos al ser designado presidente del Congreso, canciller y finalmente su heredero político.

Maduro – que en su juventud se formó en la corriente del marxismo-leninismo al militar en la desaparecida organización izquierdista Liga Socialista- fue designado por Chávez como su sucesor y ganó la presidencia el 14 de abril en un ambiente de solidaridad y dolor por la muerte del líder socialista el 5 de marzo. En esos comicios presidenciales se impuso por un estrecho margen en medio de acusaciones de fraude que lo hicieron ver débil incluso ante sus propios seguidores.

Pero si bien logró asentarse en el poder en poco tiempo, Maduro todavía tiene pendiente el reto de mostrar que es capaz de tomar decisiones fuertes e impostergables para encarar los problemas que agobian a los venezolanos cuidando no traicionar el legado de Chávez.

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