Podrán matar el soñador…

Podrán matar el soñador…

Es que somos lentos y difíciles para aprender, ya pasamos el bicentenario de tu nacimiento y estamos igual. Igual o peor que cuando naciste e iniciaste, hasta culminar, la gran batalla de la independencia nacional, del autogobierno, de la autodeterminación. ¡Qué va, no lo hemos logrado!

En parte, la imposición de la globalización que se manifiesta en el comercio de compra y venta, en el desequilibrio entre importaciones y exportaciones, en el efecto-demostración que nos trae ahora la televisión por cable, cada día cedemos más, o nos arrebatan, los símbolos de la nacionalidad que con tanto esmero fundaste, trabajaste.

Aquí estamos, Juan Pablo, desde que se le enseñaba a los niños a participar en el solemne rito diario del enhestamiento de la Bandera Nacional, donde cantábamos en coro el himno cuyo final proclama con los hermosos e inspiradores versos: «flotarás con el alma de Duarte, vivirás con el alma de Dios», de allá acá ha llovido mucho y parece que la lluvia fue carcomiendo los cimientos de la dominicanidad, que la corriente se llevó una buena parte del patriotismo y vemos a muchos traidores y pocos patriotas conviviendo en un espacio que se torna cada vez más putrefacto, maloliente, invivible.

Los hijos de Pedro Santana, hasta ahora, han logrado imponer la fuerza, de una y otra manera, para desgobernar el país, para emplear la política de la azada en favor de los que tienen algo que perder y en contra de la igualdad que debe imperar ante la Constitución y las leyes.

¿Constitución? Aquel proyecto de Constitución que escribiste dista mucho de ser el remiendo que cada Gobierno maneja a su conveniencia usando la mayoría ignara que ostenta las funciones legislativas, en muchos casos, sin que los incumbentes sepan cuál es su real papel en el escenario de la Patria.

En el afán por engañar, por explotar, abusar, los gobiernos emplean la mayoría de los congresistas para crear un traje a la medida para que sus acciones sean sometidas al estrecho margen de una legitimidad fabricada para beneficio de una clase, de un partido, de unos pocos, en perjuicio, siempre, de la mayoría.

Ahora no estamos mejor de cómo se vivía antes de la independencia. Ahora sabemos que somos capaces, pero no lo ejercemos, sabemos que podemos, pero actuamos como si fuera imposible.

Juan Pablo, un nuevo aniversario de tu nacimiento. Una nueva luz para que sigamos el camino que trazaste en buena hora. Una nueva oportunidad. Un nuevo aniversario de tu nacimiento es un buen momento para que retomemos el camino, enderecemos el rumbo, sigamos la luz que emana de tu pensamiento y de tu accionar.

Para algunos parece un sueño inalcanzable, pero en el entierro del inmenso Martin Luther King el reverendo Ralph Abernathy dijo: podrán matar el soñador, pero nunca podrán matar el sueño.

Gracias, Juan Pablo, porque siempre representas el futuro de la Patria.

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