Hace 17 años (18/2/2006), escribimos un trabajo en este mismo periódico titulado: “Parece cúmplase teoría Louverture”, que concluía advirtiendo a la Dirección General de Migración, detener la invasión pacífica de haitianos ilegales al territorio nacional. Y sugería que “aún estamos a tiempo”.
Ahora con la agudización la crisis haitiana y pretensiones de las grandes potencias, encabezada por Estados Unidos, de que República Dominicana cargue con los problemas haitianos, el trabajo en cuestión parece escrito hoy. Empero, ante la creciente migración ilegal, surge preguntarse, ¿no será ya muy tarde ante la traición de malos dominicanos que en vez de cuidar la frontera, se hacen cómplices y por pesos que engrosan sus arcas ayudan a grandes propietarios de terrenos que usan mano de obra haitiana, así como a constructores y empresarios que utilizan esos obreros ilegales?
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La presencia haitiana es insostenible, como insostenible es la fusión que fuerzan imponer EEUU, Canadá, Francia, entre otros países. Y es impracticable debido a las grandes diferencias que separan a los dos pueblos que ocupan la isla Hispaniola, en idioma, creencias, costumbres, cultura y otras desigualdades ancestrales.
EUA, que le importa un bledo el destino de los países pobres que subyuga imponiendo o tratando de imponer sus reglas, podría estar propiciando un conflicto de grandes proporciones entre los dos pueblos, para dentro del mismo, ampararse y lograr justificar una intervención armada y al través de su poderío militar llevar a cabo su idea macabra de la fusión que hace tiempo vienen pretendiendo. Podría parecer utópico, pero, ¿Cuántas veces no ha hecho cosas parecidas?