¿Podría Hipólito Mejía volver al poder?

¿Podría Hipólito Mejía volver al poder?

SAMUEL SANTANA
Sorprende que a menos de un año de haber salido del poder, algunos analistas y pensadores estén planteando la posibilidad de que el ingeniero Hipólito Mejía podría volver a gobernar el país en unas elecciones presidenciales futuras. Sin lugar a dudas que se trata de un planteamiento no imposible pero difícil de que sea factible. Muchas son las razones. Cuando Mejía se lanzó por primera vez a la conquista del poder, la gente estaba consciente de que él no tenía los conocimientos profundos y necesarios para lidiar con los asuntos de un Estado. Todo el mundo estaba consciente del gran vacío intelectual que tenía el candidato.

Su gran contendor para ese entonces, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) quiso colocar esta realidad en la conciencia y en el estado de ánimo de la gente a través de una campaña agresiva y constante. Con comparaciones muy despectivas magnificaron el desconocimiento de Mejía.

Sin embargo, la población no le dio mucha importancia a esto. De todas formas el candidato del PRD logró conquistar el entusiasmo del pueblo. Y esto pudo ser posible gracias al carisma natural que manifestó ante todo los dominicanos.

A él le favoreció en gran manera la contraposición de su actitud campechana, llana y graciosa con la de unos peledeístas pedantes, engreídos, indiferentes, altaneros, cara dura y con aire de intelectuales.

A esto se sumaba, también, que en el último tramo de gobierno del peledeísmo las cosas se iban poniendo cada vez más difíciles. El costo de los combustibles se había disparado en el mercado internacional y habían medidas internas que la gestión morada debía tomar para enderezar las distorsiones económicas.

En medio de ese contexto, las predicas de Mejía encontraron un terreno fértil para concitar el respaldo de la población.

El pueblo se decidió a probar mejor suerte con un hombre percibido como sencillo, serio, responsable, honesto y que no faltaba a su palabra. Además, para entonces contaba con el apoyo masivo de un partido que se había masificado y consolidad en la oposición. El PRD luchó mancomunadamente entorno a la visión de alcanzar el poder.

Sin embargo, tras llegar a la cima, Mejía sólo pudo mantener ese entusiasmo por unos cuantos meses. A dos años de su gestión, se produjo el dislocamiento total de la prima del dólar, la cual oscilo por encima de los cincuenta pesos por la moneda americana; la quiebra de importantes entidades bancarias, con un vacío económico valorado en cincuenta y cinco mil millones de pesos; el aumento escandaloso de los productos de la canasta familiar, dándoseles a los supermercados el nombre de la “casa del terror” y la carestía de los combustibles.

En medio de todo esto, Mejía decidió anunciar públicamente su intención de reelegirse nueva vez. Esto produjo un gran revuelo dentro del Congreso Nacional, en el seno de su propio partido, en la opinión pública y en los sectores económicos del país.

Las luchas intestinas dentro de su propio partido y entre el liderazgo político agravó más la situación económica por la desconfianza.

Le agregamos a esto los escándalos feos de corrupción y de relaciones con el narcotráfico que hoy salpican a su gobierno. Llegándose al extremo de que a funcionarios importantes dentro de su gestión les quitaran el visado de Estados Unidos. Los archivos periodísticos guardan las crónicas de muertes violentas de ayudantes de su entorno.

Todo esto constituye un fardo muy pesado que sería colocado sobre las pretensiones futuras de un Hipólito Mejía a la presidencia de la República.

La dura realidad que le hizo vivir al pueblo sin lugar a dudas que opacaran cualquier intento de querer revivir un carisma repudiado y sería un testimonio muy contundente contra todo ilusionismo demagógico que se quiera vender por más serio que parezca ser.

Si el PRD quiere volver al poder y si de veras quiere sacar ventajas de los desaciertos de este Gobierno, pues entonces nunca deberá pensar en poner como contrincante a un candidato como Hipólito Mejía, quien debe conformarse con ser lo que fue y con hacer aportes al país desde su condición de simple critico y consejero.

Deberá ocurrir algo muy terrible en el país y deberá producirse una especie de olvido colectivo para que Mejía encuentre como posible candidato de un partido político el respaldo de este pueblo.

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