Una propuesta de reforma tributaria presentada al gobierno advierte que, en el marco los acuerdos con la Organización Mundial del Comercio (OMC), a la República Dominicana se le exigirá la aplicación de un impuesto corporativo a las zonas francas.

En el caso de que eso ocurra, la propuesta plantea que el impacto de ese impuesto sería cargado en un 100 por ciento a la mano de obra.

Explica la propuesta que en una situación en la que el país no tiene el control sobre los costos internacionales de capital que se requiere para financiar las inversiones en las zonas francas y los precios de los servicios se fijan internacionalmente, cualquier impuesto adicional a las corporaciones no va a cambiar el retorno neto a las compañías, sino que obligará que el salario que se pagará a la mano de obra que emplean tienda a decrecer.

Indica que la reducción en la cuenta de salario que pagan en la zona será aproximadamente igual al impuesto adicional corporativo que pagarían estas compañías.

Advierte el estudio que dado que hay mercado laboral competitivo en las zonas francas, los salarios van a tender a ser más bajo que en otras áreas de la economía.

Estos planteamientos aparecen en la propuesta de reforma tributaria presentada al gobierno por el economista Héctor Guiliani Cury y los expertos internacionales Glenn P. Jenkins y Chun-Yan Quo.

Sin embargo, los expertos sostienen que hay algunos factores que podrían reducir un posible impacto de impuesto corporativo.

Uno de esos factores es que muchas de las compañías que operan en zonas francas son propiedad miltinacionales en los Estados Unidos, las cuales pudieran utilizar parte de ese impuesto como un crédito externo deducible al pago que tendrían que hacer al Tesoro norteamericano.

Sin embargo, indica que el valor de estos créditos no debe ser muy alto, puesto que en muchos casos la casa matriz puede tener ya exceso en el uso de créditos externos para el pago de impuestos.

Además, los expertos que elaboraron la propuesta de reforma triburtaria plantean que en la medida en que las corporaciones que están en la República Dominicana son subsidiaras de países que no gravan los ingresos de sus miltinacionales en el exterior, el impuesto adicional de crédito no representará nada para las casas matrices.

Sostienen que dada la naturaleza multinacional de la compañías y los tipos de productos que ofrece, sería fácil para ellas transferir el precio de la ganancia fuera de la República Dominicana para que no pagar impuestos corporativos.

En cambio, el estudio advierte que un problema competitivo serio para las compañías que operan en zonas francas se produciría si a esas compañías se les aplica el 1.5 sobre el valor de las ventas brutas por la exportación, como un prepago del impuesto corporativo.

Sería aceptable por la OMC si el 1.5% se le aplicara a las ventas por exportación a todas las compañías exportadoras, operen o no en las zonas francas.

El estudio explica que la razón por la que podría imponerse un impuesto corporativo a las zonas francas es la que la OMC ha diseñado regulaciones para ajustes fiscales, para que no haya discriminación entre compañías que producen para el mercado interno y las que producen para la exportación.

Explica que, de acuerdo a esas normas, las mismas políticas de impuestos que se aplican a las compañías que producen y venden al mercado interno, también tienen que aplicarse a las firmas que producen para la exportación.

Afirman que esto es válido tanto para los impuestos corporativos como para el impuesto al valor agregado y los aranceles.