Poema, Senasa y  el Seguro Social

Poema, Senasa y  el Seguro Social

De una película que vi hace algunos meses recuerdo este poema visual: Dos amantes, consumidos por la tortura de varios días encerrados sin agua ni comida y severamente deshidratados, estaban a punto de morir; ella, en un gesto de amor supremo, dejaba caer sus lágrimas en los labios de su amado para hidratarlo…

Los buitres negociantes de la salud, han tenido en su mira desde hace muchos años al Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS) procurando que su quiebra favorezca negociaciones donde ellos queden con el santo y la limosna y, más recientemente, han apuntado hacia el Seguro Nacional de Salud (Senasa), la administradora de riesgos de salud (ARS) que ha dado cátedras de eficiencia, siendo preferida por los dominicanos por ser la única con el régimen subsidiado y un contributivo con planes de servicios médicos que las demás no cubren.

La prensa informa sobre protestas en Colombia y Costa Rica por la prostitución de la seguridad social, debido al afán de lucro de las aseguradoras y una despiadada privatización. Esos países sirvieron de referencia para la implementación de nuestro sistema y sería provechoso que Senasa y el IDSS sigan siendo contrapartidas del Estado frente al afán de lucro de muchos fariseos, que a veces usan camuflaje de “hospitales públicos autogestionarios” con patronatos indolentes que compiten en facturación con las clínicas privadas.   

El fracaso de los modelos colombiano y costarricense de seguridad social debe ponernos en alerta para no permitir la crucifixión del IDSS y el Senasa, pues, sin su  respaldo, la novia República Dominicana, ni agotando todas sus lágrimas, podría salvar al agonizante amante denominado sistema dominicano de seguridad social.

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