Poemas y anti-poemas

Poemas y anti-poemas

FRANCISCO ÁLVAREZ CASTELLANOS  
«Cultivo una rosa blanca, en
junio como en enero,
para el amigo sincero
que me da su mano franca».

«Y para el cruel que me arranca,
el corazón con que vivo,
cardos ni ortigas cultivo,
cultivo una rosa blanca».

Esos versos, perfectos en su rima y en su métrica, fueron escritos por un poeta que, como José Martí, sabía lo que era poesía auténtica. Versos casi místicos escritos con el alma y el corazón hace unos 70 años. Y hoy, sin importar el tiempo, siguen siendo declamados en escuelas y por una clase ya casi extinta: los declamadores.

Y ustedes pueden preguntarse la razón por la que ya casi no hay declamadores. Sencillamente porque también los poetas verdaderos son una especie casi extinta. Y aquellos que lo son verdaderamente, escriben porque se los ordena el alma y el cerebro. Y solo escuchan reducidos grupos de personas (de todas las edades), en auténticos centros de cultura. Ahora, compárenme esos versos con…los siguientes (si se les puede llamar versos):

«El río bajaba montaña abajo,
mientras la brisa se reía como
loca, enredándose entre los
pinos secos de la loma».

Díganme, estimados lectores, ¿se puede llamar poesía a «eso»? Solamente «pruebe y compare». Si ustedes pudieran leer los versos de Rubén Darío, Santos Chocano y Fabio Fiallo, tres glorias de la poesía, íntimos amigos cuyo punto de reunión era París, notarían una diferencia abismal en «lo de ayer» y en lo «de hoy».

Pero aquí tuvimos a un Rubén Suro («Soneto de yodo y sal»); «En el atrio» (Fabio Fiallo) a Juan Bautista Lamarche, y muchos, pero muchos más. Tengo una estrofa de poesía «bélica», premiada en Venezuela. Héla aquí:

«Bomboná, Bomboná!,
Sublime grito
que llena el corazón
de un continente, al decir Bomboná,
yo pienso en Quito,
y pienso en tí,
Bolívar infinito,
y pienso en Ecuador
independiente».

Estos versos, con métrica y rima modernista, forman parte del «Canto a Bolívar», escrito hace 50 años por Francisco Alvarez Almánzar, mi padre, razón ésta que me impide decir lo que significó él para nuestra poesía. Pero, para terminar, ¿dónde están los poetas respetuosos de la métrica y de la rima en sus distintas modalidades (cantos, sonetos, madrigales)?. Simplemente, o no existen ya o no escriben. Por eso tampoco hay declamadores. Lamentablemente.

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