Poeta Mateo Morrison
recibe premio

<P>Poeta Mateo Morrison<BR> recibe premio</P>

El presidente de la Fundación Corripio, José L. Corripio Estrada, y el Ministro de Cultura, José Rafael Lantigua, entregaron anoche al poeta Mateo Morrison el Premio Nacional de Literatura 2010, en un acto en el Teatro Nacional.

El Ministerio de Cultura y la Fundación Corripio entregaron anoche al poeta Mateo Morrison el Premio Nacional de Literatura 2010, dotado de RD$1,000,000 y un pergamino de reconocimiento, durante un emotivo acto celebrado en el Teatro Nacional, donde estuvieron presentes funcionarios del Gobierno, poetas, escritores y empresarios.

El galardón fue establecido por el Poder Ejecutivo con el decreto  1053-00.

Ha sido otorgado en reunión deliberatoria de los rectores de las universidades Autónoma de Santo Domingo (UASD), Nacional Pedro Henriquez Ureña (UNPHU), Católica Madre y Maestra (PUCMM), Católica  Santo Domingo (UCSD), Central del Este (UCE) y el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), con un voto del Ministerio de Cultura y otro de la Fundación Corripio.

En la entrega del premio hablaron el director ejecutivo de la Fundación Corripio, Jacinto Gimbernard; el Ministro del Cultura, José Rafael Lantigua, y Tony Raful, quienes destacaron los méritos intelectual y profesional del poeta Morrison.

Lantigua recordó que Morrison comenzó su extensa andadura poética en 1969, rubricando un pequeño folleto, junto a las creaciones de otras dos jóvenes promesas de la época: Andrés L. Mateo y Rafael Abreu Mejía.

Indicó que “fue, sin lugar a dudas, la carta de presentación de estos tres poetas, que comenzaban a desbrozar los caminos de la literatura dominicana de posguerra, para construir las nuevas voces y los nuevos alientos, frente a las contingencias sociales y políticas del momento histórico que el viento frío de la guerra había inoculado en los ideales y en los temperamentos creadores”.

Sostuvo que los temas  de Morrison han corrido por un cauce de preocupación social que deja espacio para el amor y la sensibilidad humana.

Afirmó que “para leer a Mateo hay que internarse en su realidad, en su mundo cuestionante que alberga aconteceres y sueños dispersos; hay que afincarse en su herencia propia, en sus desvelos personales, en sus siembras y sus sombras, y llegar hasta sus hondonadas de espuma y barro, y entonces descubrir sus signos, sencillos, breves, pero igualmente profundos y hermonos”.

Lantigua relató que en su poesía, como en un texto vital suyo titulado “Nocturnidad del viento”, Morrison se “asoma a su propio rostro, se interna en su propio espejo macerado de espacios vivos en su memoria, y hace la biografía de su heredad bajo los significantes agudos de la propia luz que ilumina o de la propia oscuridad que la ennoblece”.

Expresó que la de Monrrison es una de las trayectorias poéticas más alumbradoras de los últimos cuatro decenios, desde aquel primer acto poético rebelde de 1969, que “arriba esta noche  a su momento más señero, la que le permite ascender a la inmortalidad, al recibir el máximo honor de las letras nacionales. Es una de las cumbres de la cultura dominicana, un auténtico símbolo de una historia forjada al calor del ideal”.

Las frases

Jacinto Gimbernard

Suele recordarse especialamente el Mateo Morrison indignado, dolido y beligerante de los tiempos post guerra de 1965. Pero este hombre es sensible a todo lo que es existencia y no existencia”.

Mateo Morrison

En la decisión del jurado se destacan mis  cuatro décadas dedicadas a la poesía y a la animación,  que son sin duda mis dos pasiones y al final se trasluce también la defensa a la libertad”.

Semblanza del poeta Mateo

El poeta Tony Raful, quien leyó la semblanza de Mateo Morrison, dijo que está esencialamente asociado a un proceso creador de alta significación de la literatura dominicana. “Se trata del eslabón clave de un ejercicio sostenido en el siglo pasado, sistematizado por lo que Juan Bosch ha llamado la arritmia histórica. “Es la cabeza visible de todo un movimiento de poetas jóvenes de la post guerra, a su alrededor se organizaron círculos, grupos culturales y actividades diversas”.

“Morrison está presente en los recitales, tertulias, foros y lecturas de los grandes aedas, dirigiendo uno de los más formidables suplementos literarios de aquel tiempo esperado con ansiedad en medio del fervor y la pasión cultural. “Eran tiempos de saberlo todo y de hablar de todo”.

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