Polémica entre expresidentes Bonnelly y Balaguer

Polémica entre expresidentes Bonnelly y Balaguer

Eulogio Santaella

En el período postelectoral de las elecciones de mayo 1982 ocurrió una polémica entre los expresidentes Bonnelly y Balaguer que se realizó con cinco documentos escritos por cada uno de ellos y sus correspondientes respuestas.

La polémica inició con una carta enviada por Bonnelly a Balaguer, publicada en los medios impresos de la época.

En la noche de esas elecciones, militares seguidores de Balaguer asaltaron los recintos electorales apoderándose de las urnas contentivas de votos. Eso provocó un revuelo nacional e internacional exigiendo respeto a la voluntad popular. Tanto Jimmy Carter, presidente de EE.UU., como el de Venezuela Carlos Andrés Pérez, llamaron a Balaguer diciéndole que respetara los resultados de los comicios.

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En esa ocasión Balaguer fue apabullado por las protestas de República Dominicana y todo el mundo democrático. Ya para esa época la Junta Central Electoral resolvió quitar el triunfo a cuatro senadores del PRD y se lo asignó a cuatro candidatos perdedores del PRSC. Esa infame decisión fue bautizada por el pueblo como “El gacetazo”.

Balaguer hizo caso omiso a la carta de Bonnelly y no contestó directamente con una misiva como correspondía. En cambio, preparó un documento que publicó en espacio pagado cubriendo una página entera de El Caribe.

En ese documento Balaguer pretendió descalificar a Bonnelly desde todo punto vista. Políticamente, cultural y profesionalmente (como abogado) señaló que la carta de Bonnelly tenía “olores a sacristía”, insinuando que no la había escrito Bonnelly, sino el erudito sacerdote Oscar Robles Toledano, quien escribía una columna diaria bajo el pseudónimo P.R. Thomson; además, atacaba a Bonnelly como trujillista. ¡Cosas veredes! Balaguer acusando de trujillista a un ciudadano coetáneo de él, pues, de acuerdo a Balaguer, Bonnelly había sido diputado durante varios meses en el inicio del trujillismo. Balaguer acusó a Bonnelly de golpista, indicando que en ese momento defendían al PRD, conspiraron para derrocar el gobierno de ese partido en septiembre del 1963.

Bonnelly le contestó diciendo que no era golpista y que, cuando participó derrocando un gobierno Balaguer, le acompañó como ocurrió en 1930 cuando ambos participaron en la caída de Horacio Vázquez.

Además, Bonnelly señaló que él rechazó ser rector de la Universidad de Santo Domingo porque no podía aceptar ese puesto siendo nombrado por Trujillo. Eso fue un golpe fulminante para Balaguer que, según sus amigos íntimos, indicaban que a pesar de todos los honores que él había recibido, Balaguer tenía un vacío existencial en su alma por no haber sido rector de dicha universidad.

Balaguer también le decía a Bonnelly que estaba sorprendido por la cultura que estaba mostrando en su carta y que Bonnelly no tenía capacidad para abordar tópicos de Derecho Constitucional como parecieron en la carta, imputándole a Bonnelly su ejercicio profesional como abogado se concentraba solamente en temas de Derecho Civil en la segunda carta de Bonelly a Balaguer aparecieron Fuertes ataques referentes a que en , “La tebaida lírica”, primer libro de poemas de Balaguer, en medio de su narcisismo expresó: “Haber nacido en un suelo indigno de que en el meciera su cuna”. Respecto de la preparación de Bonnelly como abogado, Bonnelly le señaló a Balaguer que “recordara aquel día, domingo día feriado, comenzando la década del 40, cuando usted viajó especialmente a Santiago para consultarme y que en ese entonces usted estaba interesado en preparar el memorial de un caso que iba a recurrir en casación (SCJ) y que usted necesitaba mis consejos profesionales; además que Balaguer debía recordar que mi bufete estaba ubicado en la planta alta de una casa en la calle Duvergé cerca de la calle comercio y que allí revisé y mecanografié personalmente el procedimiento que debía seguirse. Laboramos juntos, desde la mañana hasta muy entrada la tarde”.

De esa forma el público se percató de que la cultura jurídica de Balaguer no abarcaba experiencias en manejo de temas en los tribunales como sí tenía Bonnelly. Con este golpe fulminante Bonnelly, sintiéndose triunfador en este y otros episodios, decidió dar por terminada la polémica indicando que esa pugna servía de distracción y la ciudadanía no prestaba atención al hecho realmente importante que era concentrarse en la lucha cívica para que Balaguer entregara el poder al PRD y a su candidato Antonio Guzmán.