Las fotografías, instalaciones, videos y performances de  Polibio Díaz constituyen la puesta en imagen de un diálogo brillante y todavía más fecundo  alrededor del cuerpo identitario. Cuerpo interracial, cuerpo mutante y siempre trasmigrando. Cuerpo  espaciado, expresivo, erotizado, politizado, multiplicado, individual. Diálogo alrededor de la memoria y la presencia; del ancestral y fascinante entrecruce que  se efectúa en los espacios geográficos, existenciales y socioculturales del Caribe.

Diálogo expansivo, sobre y desde la misma epidermis de la polisíntesis. Diálogo a través del cual Polibio Díaz jamás teme arriesgarse a la hora profunda de las revelaciones.  Pero, ¿Y qué es lo que viene revelando Polibio con admirable persistencia y tanta pasión, si no son las claves de nuestras maravillas y contradicciones “de consciencia”?: reafirmación en la risotada y la autonegación, sensualidad, irreverencia, solidaridad, ritmo,  autodestrucción, ecocidio, delirio y desasosiego.

Sus ideas, convicciones, búsquedas y reacciones estéticas no nos dejan opción para el descanso. Y yo estoy casi seguro de que, después del efímero instante de la “revelación”,  al propio artista tampoco le habrán de dejar muy tranquilo sus imágenes.  Lo que pasa es que, con sus admirables propuestas creativas, Polibio Díaz no sólo dispara la cámara “a quemarropa”  sobre sus objetivos preferidos, sino que llega a poner el dedo en la misma llaga, abordando asuntos y problemáticas que afectan de manera dramática y significativa la calidad vital, los recursos naturales, el desarrollo espiritual y la condición humana contemporánea.

Dentro del  marco de “PhotoImagen 08”, Polibio Díaz presentó en el Centro Cultural de España una impactante muestra que incluyó varias series de fotografías, video-performances e instalaciones en las que  adquieren un alto nivel conceptual y de efectividad metafórica sus reflexiones sobre la problemática medioambiental, tal como sucede en el caso de la instalación  “Entre el cielo y el infierno”, que a  la vez  pertenece a su serie “Areas (des) protegidas”, exhibida también  en el Centro Martiniqueño  de Acción cultural-CMAC-; en  la exposición “It’s not easy, exit underground”, organizada por Social Enviromental Aesthetics-SEA-, en la Galería Exit Art, Nueva York(2008) y en la muestra “Agua”, Museo de Arte Moderno(2009).

Precisamente, dos  fotografías de dicha serie le han valido a Polibio Díaz el Primer Premio y la Primera Mención de Honor del Concurso Climarte que, bajo el lema de  “Arte y desafíos climáticos en el Caribe”, ha organizado recientemente el Centro de Estudios del Caribe/Casa de Las Américas, de La Habana, Cuba.

Luego de analizar 56 obras, el jurado de dicho certamen, conformado por Annalee Davis (Barbados), Cecilia Paredes (Costa Rica) y Pepe Menéndez (Cuba) decidió otorgar por unanimidad el Primer  Premio a la obra “Eichornia crassipes” y la Primera Mención a su inquietante trabajo “Nadaban los peces fuera del agua”.

La obra premiada será la portada del próximo número de la revista “Anales del Caribe” y la mención honorífica estará en el interior, ilustrando un dossier dedicado al Cambio Climático en el Caribe.

La decisión fue anunciada públicamente el pasado viernes 20 de noviembre,  durante el “Encuentro de Revistas Caribeñas” celebrado en la Casa de las Américas. El Jurado también entrego menciones de honor a las obras “Jugo natural”, de Yamilys Brito Borges (Cuba), “Lluvia”, de Francisco Antonio Dehesa Orozco (México) y “Los chupados”, de Miguel Ángel Estala Ramírez (México-Alemania). Este Jurado, que sesionó gracias a las redes del ciberespacio que conectan Georgetown, San José y La Habana, expresa en su veredicto que “Eichornia crassipes infiere que nos encontramos precariamente asomados a un precipicio del cual no podemos retornar. La imagen nos provoca miedo, el desastre y el caos inminentes. También funciona como una imagen de gran impacto. El ser humano no se oculta, sino que ella o él participa como un activo testigo”.

En estos momentos, Polibio Díaz se encuentra en París, Francia, con motivo de la apertura de su muestra individual titulada “New York-Santo Domingo”, la cual estará abierta hasta el 9 de enero en Naço Gallery (38 rue de citeaux-Paris 12). Pero, antes de partir, ha expresado su júbilo por el nuevo reconocimiento internacional que recibe su trabajo al mismo tiempo que reafirma las profundas convicciones sociales  y éticas que sostienen su practica artística especializada: “Esta demás decirte lo contento que  me siento y el significado de este premio, no sólo para mi, sino que  creo  que la razón principal del mismo es que ayuda a  sensibilizarnos,  ecológicamente hablando, sobre la profilaxis de nuestro entorno , nuestra Isla, que son las islas de los demás, que  a la vez forman parte del todo, de esta Gran  Casa que llamamos La  tierra” .

En síntesis

Polibio Díaz

(Barahona, 1952) es reconocido a nivel nacional e internacional como uno de los máximos exponentes del arte  dominicano contemporáneo.  Inició sus estudios de fotografía en la Universidad de Texas A&M (EE.UU.), donde se gradúo de Ingeniero Civil. Su extensa obra ha sido recogida en los libros “Espantapájaros del Sur”, por Jeannette Miller. Editora Corripio, Santo Domingo, 1984; “Imágenes de Carnaval”, por Jeannette Miller, Fradique Lizardo, Raquel Tibol, Pedro Verges y  Manuel Rueda, Editora H.G. Graphics. EE.UU. 1993; “Una Isla, Un Paisaje”, por Marianne de Tolentino, Raoul-Jean Moulin y Manuel Rueda, Editora Serigraf, Santo Domingo, 1998; “Interiores”, por Ricardo Ramón Jarne y Antonio Zaya, editado por el Museo de Arte Moderno, Santo Domingo, 2006. Sus fotografías han sido incluidas en “100 años de Fotografía, 1899-1999: una visión personal del siglo XX”, exhibición organizada por el Discovery Museum, Bridgeport, Connecticut, EE.UU.(1999-2000). Sus trabajos han sido premiados en varias ocasiones en la Bienal Nacional de Artes Visuales y han tenido gran acogida  y reconocimientos en las bienales de la Habana, Venecia y del Caribe (2003-2006).