Arizbeth Dionicio Ambrosio estaba realizando labores de rescate en la ciudad mexicana de Acapulco tras el devastador paso del huracán Otis, cuando escuchó a lo lejos el llanto de un bebé.
Un poco más tarde, la agente de policía de 33 años y madre de dos hijos volvió a escuchar el llanto y decidió investigar cuál era su origen.
Fue entonces cuando se encontró con la madre de un bebé de cuatro meses que necesitaba ayuda. La madre le dijo que su hijo no había recibido ningún alimento en más de dos días y que lloraba de hambre.
«Le dije que si quería, ya que yo estoy amamantando, si quería le podía dar un poco”, contó la agente a la cadena N+.
“Se siente bonito. Es un bebé, si algo nos duele más como madres es que sea un bebé en estas circunstancias”, dijo Dionicio.
El gesto fue capturado en una fotografía difundida el fin de semana por la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México, que envió equipos de rescate a Acapulco.
Las fotos generaron emotivas reacciones de apoyo en redes sociales, en medio de la tragedia que vive Acapulco tras el paso del huracán.
Muertos y desaparecidos
Acapulco y los municipios aledaños siguen padeciendo los estragos del devastador paso del huracán Otis, que ha dejado al menos 45 personas muertas y 47 desaparecidas, según cifras oficiales dadas a conocer este martes.
Entre las víctimas mortales fueron encontrados tres extranjeros: un estadounidense, un británico y un canadiense.
Las labores de búsqueda de víctimas y recuento de daños continúan luego que Otis tocara tierra como huracán categoría 5 el pasado 25 de octubre.
El fenómeno meteorológico, que se intensificó en menos de 12 horas pasando de tormenta tropical a huracán categoría 5, se convirtió en uno de los ciclones más potentes de la historia en el Océano Pacífico desde que hay registros.
En los últimos días cientos de personas que no tenían ningún tipo de comunicación con sus familiares han sido localizadas y los servicios básicos han comenzado a ser reparados progresivamente.
Aumento de los saqueos
En algunos barrios de la periferia de Acapulco imperaba el caos tras los saqueos que sufrieron cientos de negocios, una situación que obligó al gobierno a reforzar la seguridad con cerca de 15.000 militares con el objetivo de contener los desórdenes.
Hay sectores que aún tienen acceso limitado a suministros básicos como agua, comida, luz y combustible, agudizando las tensiones sociales ante la emergencia.
En colonias como Hogar Moderno los vecinos se organizaron para proteger sus pertenencias construyendo barricadas con láminas de aluminio, piedras y ramas de árboles para evitar el ingreso de desconocidos y formaron guardias de vigilancia durante la noche.
Muchos pasan las noches en vela desde que el huracán destruyó parte de sus casas.
Electricidad y agua potable
Mientras, la Secretaría de Defensa Nacional informó que la Guardia Nacional ha estado reinstaurando la seguridad en Acapulco.
Autoridades civiles y militares continúan realizando labores de limpieza en las vías de la ciudad turística de un millón de habitantes y trabajando para la restauración del suministro eléctrico y de agua potable.
Rescatistas de otras zonas del país han acudido a ayudar a la población durante la emergencia.
Entre la desolación y el caos, algunos habitantes de Acapulco han comenzado a enterrar a sus muertos mientras familiares desconsolados siguen buscando entre los escombros a sus seres queridos.
Los huracanes más peligrosos
Científicos advirtieron que se están produciendo cambios en los patrones atmosféricos.
Los científicos quedaron sorprendidos por la rápida formación e intensificación de Otis, que pasó en menos de 12 horas de tormenta tropical a huracán categoría 5.
Jorge Zavala, director del Instituto de Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Autónoma de México, dijo que todos los pronósticos fallaron, incluso los del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, con sede en Miami.
El experto advirtió que en el futuro las estimaciones apuntan a que los huracanes serán en promedio más intensos y con mayores precipitaciones asociadas.
Mientras los científicos intentan explicar el inusual fenómeno meteorológico, Zavala destacó algunos de los factores que influyeron en su repentina intensificación: la elevada temperatura superficial del mar, el alto contenido de calor acumulado en el océano, las particulares condiciones de los vientos y los niveles de humedad.