La Policía Nacional apresó ayer a Carlos Antonio Reynoso Gracesquick, de 63 años, acusado de matar  a un hombre y herir a otro en un incidente  ocurrido ayer en  el parqueo de la Importadora Genao ubicada en el ensanche Quisqueya, por una deuda  de US$4,000.

 Reynoso Gracesquick, quien  fue apresado  al mediodía por     oficiales de la Dirección Central de Investigaciones Criminales (Dicrim),   admitió que mató a Julio Francisco Roa Sánchez,  de 49  años y   baleó al venezolano Angelini Liranzo de 48, propietario del restaurante Papá La Pasta,  alegando  defensa propia,   aunque la pistola de los agredidos no se  encontró en el lugar del hecho.

Al detenido se le ocupó la pistola Colt, calibre 45, número 81414, que portaba legalmente.

Se informó que Italo Angelini Liranzo ha sido sometido a la justicia en más de seis ocasiones, por estafas con tarjetas de crédito y delitos electrónicos, entre otros.

 El hecho ocurrió en la calle Guarocuya esquina Doctor Defilló, del ensanche Quisqueya, cuando Reynoso notó que era perseguido por Roa Sánchez   y  Angelini Liranzo, por  una deuda por la venta  de cuadros valorados   en US$4,000 que realizó  el 18 de diciembre pasado.

Anoche Reynoso era sometido a un proceso de investigación  en la Subdirección Central de Homicidio, informó el vocero de la Policía, coronel Máximo Báez.

Reynoso Gracesquik alegó que tras venderle varios  cuadros importados desde Haití  se comunicó en reiteradas ocasiones con  Angelini Liranzo, pero éste se negaba a pagar y que al contrario  hace varios días  se molestó y le advirtió que donde lo viera lo mataría.

Explicó a  investigadores que alrededor de la 9:30 de la mañana de ayer, mientras transitaba por la calle Lorenzo Despradel,  en su carro Lincoln, blanco, sin placa, notó que dos hombres lo perseguían abordo de una jeepeta  Mercedes Benz, blanca, con placa de exhibición, por lo que trató de evadirlo, pero la persecución continúo por varios minutos, hasta entrar  a la importadora Genao. 

 Agregó que   Angelini Liranzo, quien se encuentra recluido en un centro médico de Santo Domingo,  se desmontó del vehículo  con un arma de fuego en las manos, junto a Roa Sánchez, quien murió, por lo que sacó su pistola.