Madrid. EFE. La Policía mantenía cortados ayer los accesos a la madrileña Puerta del Sol para evitar el paso de varios centenares de jóvenes indignados que protestan por el desalojo, a primera hora del día, de decenas de compañeros que acampaban en este lugar y en la cercano Paseo del Prado.
Los indignados son personas adheridas al movimiento 15-M, llamado así porque surgió el 15 de mayo pasado y que desde entonces ha levantado acampadas en varios pueblos y ciudades de España para pedir democracia real y un cambio político y social. La Puerta del Sol fue durante un mes el epicentro del movimiento de protesta, con cientos de jóvenes concentrados que, al marcharse del lugar, el 12 de junio, decidieron dejar un puesto de información, que en la madrugada de ayer fue desmantelado por una acción policial calificada de violenta por los indignados».
Se da la circunstancia de que Madrid se prepara para la visita del papa Benedicto XVI, entre los próximos días 18 y 21, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). Los manifestantes relacionaron el desalojo con la visita papal y convocaron un acto de repulsa e invitaron a los simpatizantes a dar un paseo a las ocho de la noche por la Puerta del Sol. En un primer momento, la Policía dejó pasar a la plaza sólo a las personas que no consideraba miembros del movimiento, pero ante la afluencia masiva decidió evacuar la plaza y bloquear las bocacalles de diversas vías que confluyen en el lugar más céntrico de España.
Al anochecer en Madrid, los manifestantes se encuentran en las calles aledañas a la Puerta del Sol y en la Gran Vía hacia la Plaza de Cibeles, y corean consignas como vergüenza, vergüenza, lo llaman democracia y no lo es.