El director de Asuntos Internos de la Policía de Nueva York, Charles Campicci, vendrá hoy al país y permanecerá aquí hasta el viernes para elaborar una guía de conducta por la que se regirá la Policía Nacional dominicana, informó ayer el secretario de Interior, Franklin Almeyda Rancier.

República Dominicana llegó a un acuerdo de cooperación con la Policía neuyorquina para combatir la ola de criminalidad que afecta al país, Almeida Rancier ayer en una conferencia de prensa en Nueva York, citado pro la agencia española de noticias EFE.

El acuerdo busca capacitar a la policía y controlar la corrupción en ese cuerpo, afrontar el narcotráfico -incluso entre los uniformados- y las pandillas, explicó Almeyda Rancier.

El funcionario dijo que se ha establecido que grupos de pandillas que operan en Nueva York, Nueva Jersey, Puerto Rico y México mantienen alguna comunicación con los pandilleros dominicanos.

El pasado viernes hubo reuniones en Nueva York para confirmar el programa de trabajo. Profesores de justicia criminal del John Jay College de Nueva York cooperan en el plan para capacitar a los agentes policiales dominicanos.

Almeyda Rancier dijo que la República Dominicana afronta «niveles de descontrol en la delincuencia,» principalmente por el narcotráfico.

Ese crimen organizado, agregó, se ha sentido a tal grado que la sociedad ha exigido que se tomen acciones.

Aunque dijo que en la policía hay buenos agentes, indicó que también hay corrupción y muchos que no estaban preparados para formar parte de ese cuerpo que costará este año al Estado dominicano US$24 millones en este año.

Un paso que ya dio el gobierno del presidente Leonel Fernández fue despedir, desde agosto pasado, a 500 policías, dijo, lo indicó es parte de un proceso de «depuración» que tratará de que sólo permanezcan los más calificados para hacer el trabajo contra la criminalidad.

El pasado noviembre, el presidente Fernández visitó Nueva York y estableció el contacto con las autoridades de esta ciudad, que culminó con el acuerdo de cooperación.

Almeyda Rancier dijo que como parte del plan se reforzará la vigilancia en la frontera con Haití, un punto importante en el tráfico de la droga que entra al país.

No obstante, a República Dominicana llega también droga de Sudamérica y las autoridades estadounidense la señalan como un puente importante en la ruta hacia Norteamérica y Europa «donde la droga encuentra mejores mercados».

«Estamos redefiniendo la política fronteriza para controlar el narcotráfico. Lo que queremos evitar es ser un puente», sostuvo Almeyda Rancier, quien estuvo acompañado por el embajador adjunto ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Juan R. Ávila.

«La criminalidad está relacionada al narcotráfico», afirmó Almeyda Rancier y agregó que también han pedido la cooperación de otros países sudamericanos y europeos, con los cuales tendrán un seminario la segunda semana de febrero, para establecer una red de comunicación que les permita intercambiar información.

Funcionarios de la división de inteligencia criminal de Nueva York, Nueva Jersey, Puerto Rico, México, Venezuela, Perú, Colombia, Chile, Argentina, Uruguay, Brasil, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Francia, Italia y España participarán en el seminario.

Un tercer seminario se realizará en marzo con la Policía de Nueva York sobre el control del narcotráfico y en abril sobre las pandillas.

En los últimos meses el índice de agentes policiales y militares involucrados en delitos produjo alarma en la población que demandó, a través de diferentes voceros, incluso los líderes religiosos, acciones concretas.

Uno de los escándalos que más alarma produjo fue la denuncia de que oficiales de los altos mandos militares y policiales utilizaban vehículos que habían sido reportados como robados y que esa práctica se hacía desde años en perjuicio de los propietarios. Lo mismo se denunció sobre la pérdida de los cuerpos de delito que se ocupaba a ladrones y estafadores.

Asimismo, han muerto agentes policiales, cadetes policiales y militares durante asaltos robos y hasta han sido vinculados con secuestros.

El último caso fue el de un ex capitán del Ejército y un coronel de la Policía involucrados en el tráfico de 1,300 kilogramos de cocaína en el pasado diciembre.